Las plagas divinas: Sumer y el Antiguo Testamento. Conexiones

(…)  Shukallituda (… texto perdido)

cuando vertía el agua en los surcos, cuando cavaba regueros a lo largo de los cuadrados de tierra tropezaba con las raíces, por ellas era arañado. Los furiosos vientos con todo lo que traen, con el polvo de las montañas, le azotaban el rostro. A su rostro (…) y a sus manos (…), la dispersaban y él no reconocía ya sus (…) Entonces alzó los ojos hacia las tierras bajas, miró las estrellas al Este, alzó los ojos hacia las tierras altas, miró las estrellas al Oeste, contemplo el firmamento donde se escriben los Signos (ó «escritura de los cielos» donde aparecían tanto designios como enseñanzas celestiales). En el cielo inscrito aprendió los presagios, vió como había que aplicar las leyes divinas, estudió las decisiones de los dioses. En su jardín, en cinco, en diez sitios inaccesibles, en cada uno de estos lugares plantó un árbol como sombra protectora. La sombra protectora de éste árbol: El “subartu” (Tal vez un árbol de la familia de los sauces) de opulento follaje, la sombra que proporciona al despuntar el día, a mediodía y al anochecer, nunca desparece. (arte agrícola que es todavía practicado y que da humedad y sombra a determinada parte  de la zona de cultivo)

Sin embargo un día, mi reina, tras haber atravesado el cielo y atravesado la tierra, Inanna,  (la representación astral de Inanna es la Luna, la Dama del Cielo, diosa del amor y de la guerra) tras haber atravesado el cielo, y atravesado la tierra, después de haber atravesado Elam y Shubur ( Límites del mundo sumerio, desde el Tigris inferior , Elam/Susa, hasta los Montes Zagros y Khabur-Balikh en la Mesopotamia superior, Shubur/Shubartu,) tras haber atravesado (…) , la hieródula (mujer adscrita al templo de Inanna/Isthar que ejercía la prostitución  supuestamente en loa a la diosa, en este caso se refiere a la propia Inanna) , vencida por el cansancio, se acercó al jardín y se adormeció.

Shukallituda la vió desde el extremo del jardín, abusó de ella, la tomó entre sus brazos. Después volvió al extremo de su jardín. El alba despuntó, salió en sol; la mujer miró a su alrededor, horrorizada. Inanna miró a su alrededor, espantada. (Aquí es interpretable, y causa probable de la venganza,  el episodio del origen mítico de  los conocimientos estacionales,  confección de calendarios lunares, en la mejora de las labores agrícolas)

Entonces, la mujer a causa de su vagina ¡Cuanto mal causó!. Inanna, a causa de su vagina, ¡Lo que hizo!. Todos los pozos del país los llenó de sangre, todos los bosquecillos, y los jardines del país, los saturó de sangre. Los siervos, que habían ido a buscar leña, no bebieron más que su sangre. Las sirvientas que fueron a llenar sus cubos de agua, no lo llenaron más que de sangre: « Quiero descubrir quién ha abusado de mí, (lo buscaré) por todos los países », dijo ella, pero no encontró al que había abusado de ella, porqué el joven se fué a la casa de su padre:

«Padre: Cuando vertía agua en los surcos… (repite el poema los párrafos anteriores en relato protagonista de  primera persona…) pero no encontró al que había abusado de ella, porque el padre respondió al joven»

El padre respondió a Shukallituda: «Hijo mío, quédate cerca de las ciudades de tus hermanos, dirige tus pasos y ve hacia tus hermanos, los de la cabeza negra y la mujer nunca te encontrará en medio de esos países» Shukallituda se quedó, pues, cerca de las ciudades de sus hermanos, dirigió su pasos hacia sus hermanos, los de la cabeza negra (apelativo que se daban los propios sumerios), y la mujer nunca lo encontró en medio de esos países.

Entonces, la mujer a causa de su vagina ¡Cuanto mal causó!. Inanna, a causa de su vagina, ¡Lo que hizo!. (Extracto del poema sumerio Inanna y Shukallituda)

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Noticia publicada en ABC.

Las diez plagas que según el Antiguo Testamento Dios envió a los egipcios para que el faraón dejara partir a los hebreos pueden ser mucho más que una terrible historia bíblica. Un grupo de investigadores ha encontrado evidencias científicas de la serie de calamidades que comenzó con el Nilo teñido de sangre, catástrofe a la que siguieron hordas de ranas, mosquitos y langostas, pestilencia, enfermedad y granizo de fuego, entre otros terribles males. En lugar de atribuirlos a un Dios vengativo, los científicos creen que estos desastres pudieron ser la consecuencia de una cadena de fenómenos naturales provocados por cambios en el clima e incluso por una erupción volcánica. Han reunido pruebas convincentes para la mayoría de las plagas, una investigación muy interesante que será emitida el próximo domingo por el canal National Geographic.

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El poema continúa con una segunda plaga de vientos y tormentas – he intentado conseguir el resto  legible del poema, pero por ahora no lo he conseguido- , narrándose un tercera plaga – pero las condiciones de conservación actuales de la tablilla impiden saber cuales eran sus características – donde Inanna no pudiendo por sus medios conseguir la venganza recurre a Enki – dios de la aguas profundas, el Ea acadio,  señor de   la Tierra, creador del hombre y de  la sabiduría.  Para entender estas variopintas atribuciones hay que sopesar el concepto de «Tierra» como el ecosistema que genera la desembocadura del Tigris , Eufrates y tierras circundantes, así se podrían entender otras atribuciones con el señor de los cañaverales, lo cuales transmitían sus deseos a los hombres -. El resto de la tablilla es una incognita,  lo que nos impide saber si se invocaron más plagas,  al estár perdido,  aunque posiblemente las atribuciones de la segunda «plaga»  tal vez debamos atribuírselas a Enlil – Dios de los vientos y las tempestades, aunque se debe entender con el «ente» que circula y separa el Cielo y la Tierra – y la tercera a Enki.

La interpretación de la primera plaga debemos posiblemente contextuarla dentro de las condiciones de cultivo de la cultura mesopotámica sumeria y sus innovadores sistemas de riegos por  canales y diques; y sin los cuales la agricultura de «los cabezas negras» no se entendería. Esta interpretación está basada, según explica Josef Klíma, en el efecto secundario que tales tecnologías ocasionan en  los niveles  de salinidad del suelo y de las aguas – La «sangre» de Inanna es salina -. Efecto que se multiplica al tener en consideración la sequedad del clima mesopotámico, el cual evapora el agua , así como la  baja pluviosidad, que menguan la posibilidad  que éstas últimas «limpien» el terreno y eviten el incremento  progresivo de la «dureza» química de las zonas de cultivo – Comparar la similitud de condiciones con las del delta del Nilo -, por otro lado y como sugiere el artículo  es posible que  en determinados momentos históricos los niveles de salinidad, y fundamentalmente la sequía,  condujeran a la desecación de la flora fluvial, entre la que se encontraría la citada representante del género Oscillatoria, – se conoce que éste tipo de alga pobló  los cauces mesopotámicos desde por lo menos el 3000 a.c. -. y que provocaría una visible «rojicización», así  como una más alta concentración de la tóxina Anatoxina-a, como consecuencia del escaso nivel de las aguas.

La anatoxina-a es un alcaloide de bajo peso molecular producido por los géneros Anabaena, Oscillatoria, Aphanizomenon, Cylindrospermopsis y Microcystis. La homoanatoxina-a es un homólogo de la anatoxina-a, aislado de la cepa Oscillatoria formosa (revisado por Wiegand y Pflugmacher, 2005). Estas neurotoxinas actúan en aves y mamíferos como potentes antagonistas de la acetilcolina uniéndose, irreversiblemente, a los receptores nicotínicos bloqueando la placa neuromuscular postsinápticamente, es decir, mimetizan el efecto de la acetilcolina, los canales de sodio permanecen abiertos y se produce una sobrestimulación de las células musculares. Los síntomas clínicos de los animales afectados consisten en temblores musculares, incapacidad motora, opistótonos en aves y, cuando los músculos respiratorios se ven afectados, aparecen convulsiones como consecuencia de la bajada de oxígeno en el cerebro, provocando, finalmente, la muerte por parada respiratoria (Codd, 2000; revisado por Wiegand y Pflugmacher, 2005).

Éstas circunstancias reducirían, con muchas posibilidades, drásticamente las poblaciones de mamíferos y aves; y posibilitarían el incremento, ante la falta de depredadores, de insectos, etc.

La interpretación de la segunda plaga representa el peligro que suponían las tormentas, y ventiscas, y que cubrían las superficies cultivadas con polvorienta arena del desierto, llegando a formar incluso dunas «movedizas» – volvemos a encontrar similitudes con Egipto  y los problemas, incluso actuales, con los «tells»-  . y que posiblemente estuvieran acompañadas de  otros fenómenos atmosféricos – con más posibilidad en la «tierras altas» mesopotámicas – como granizos y heladas.

La tercera plaga es posible, y esto es altamente especulativo al desconocer el resto del texto y ser Enki el comprometido por Inanna, que incidiera directamente en el género humano y que éstos padecederes enviados al mundo sumerio fueran, en la naturaleza, una consecuencia directa  de las anteriores plagas.

No cabe duda que en la segunda mitad del siglo XIII a.c.  y más posiblemente  en la época del «interregno»  –   principios del siglo XII a.c. ( finales de la XIX y principios de la XX dinastía egipcia) –, se puede establecer como punto de partida de un proto estado hebreo  independiente como consecuencia de la pérdida de «musculo» militar en Cannan debido a las crisis económicas  y en su derivación políticas en Egipto – Crisis económica que bien pudieran ser como consecuencia de  acontecimientos aquí descritos – pero,  desde luego, éstas en ningún caso  deberán ser asimilables a otras circunstancias que no sean las propias peculiaridades climáticas y sociales de los poblamientos del delta del Nilo.  Hemos intentado demostrar que los sucesos acaecidos son perfectamente compatibles, tanto desde el punto de vista «natural» como «mítico»..,  con otras culturas paralelas  y que las «plagas» son sucesos periódicos en el tiempo tanto  para egipcios como para otros pueblos  de similares entornos  culturales,  tal y como la historia nos relata:

« Ciertamente, el Nilo inunda pero no se quiere arar para él. La gente comenta: «No podemos conocer lo que ocurre a través de la tierra». [II, 4] Ciertamente, las mujeres están estériles, no se concibe y Jnum no modela por la situación del país. Ciertamente, los humildes se han convertido en poseedores de riquezas; el que no podía hacerse [II, 5] un par de sandalias es poseedor de riquezas. Ciertamente, de sus sirvientes, sus corazones son malvados; los grandes no confraternizan con sus gentes regocijadas. Ciertamente, los corazones son violentos; las plagas [II, 6] se propagan a través del país; la sangre está por todos lados; la muerte no escasea; la mortaja habla y nadie se aproxima a ella… » (Extrato de «Las admoniciones de Ipuwer». Papiro de Ippur,  1850- 1600 a.c., Menfis/Saqqara).

Referencias:

«Mitos sumerios y acadios» F. Lara Peinado (1984)

«Sociedad y cultura de la antigua Mesopotamia» J. Klíma (2007)

«Cianobacterias tóxicas y mortandades en masa de fauna salvaje en las marismas de Doñana» MP Lanzarot  (2007)

«Admoniciones de Ipuwer» Papiro de Leyden,  traducción Egiptomanía

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