Cienciología sociológica

El equipo de Von Braun, evidentemente, no es el culpable del lanzamiento de las bombas de Hiroshima y Nagasaki… Este es el mensaje…, y el escudo. Nadie echa las culpas al anciano chino, inventor de la polvora, de las últeriores utilizaciones bélicas de tan estimable producto. No.., eso es injusto, inmoral y rechazable.

El hecho que, apartir, de conclusiones y dictámenes de la ciencia, mediante sus sesudos y apasionados teoremas de la realidad económica y su estructura social , y si siempre con el fín, último, del conocimiento humano, se hayan utilizado para reforzar la injusticia de esas mismas estructuras, no debe ser achacable a tan ínclito estudiosos. Todos somos conscientes de la naturaleza del hombre; Su perperversidad, egoísmo y deleznable comportamiento hacía sus propios congéneres en un «flash-back» al filósofo francés y su aseveración que «El hombre es el lobo del hombre»

Estos comentarios vienen a colación de los últimamente masivos ensayos y artículos por  cierta parte de la comunidad sociológica mundial en la tan llevada y traída falta de anticipación ó conocimiento de soluciones hacía los cíclicos acontecimientos de «stress» en la economía y que como eruditos en línea del «observadurismo ortegiano» ya conocían y venían advirtiendo, ó tal vez, como en el caso de Greenspan, aplicaron en un contexto polítizado y no suficientemente valorado en su sintomatología, en cuyo caso no se debe tratar como falla, si nó como consecuencia de tan emborronado escenario.

Es irónica la defensa del capital como base del sistema que de parte de tan celosos próceres de la ciencia hacen, así como las contínuas sugerencias hacia la «refundación del capitalismo» que yo estimo mas en una falta de ideas ó asociacionismo – por aquello de «juntos pero no revueltos» – hacia una propuestas que van unidas desde siempre  a unas diferencias sociales basadas en el conocimiento restringido de la información, el poder y sus acólitos, por lo que se tacha de antisistema, izquierdistas radicales, cientifístas e ignorantes, a cualquiera que tenga la peregrina idea de censurar el adalid de los últimos sesenta años de democracia, libertad, igualdad, fraternidad y etc.. ad., occidental.

Una de las bases del progreso científico, y sinceramente me duele mucho hablar de ciencia cuando se trata de estos temas, es que las teorías deben ser falsadas ó en su defecto contínuamente verificadas, cosa que en el caso del que tratamos y siendo benignos, no  se cumple, bien por una dejadez en el celo, bien por las complicadas implicaciones llamemóslas… «sociales» que conllevan y que ya ni desde el estrato teórico son «convenientes» de plantear.

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