Los asirios. Shubur y sus orígenes

Aunque en su final conjunto fueran de procedencia heterodoxa, el origen de los primitivos asirios debemos situarlo, como sugiere Federico Lara, con anterioridad a los poblamientos de las llanuras aluviales del Tigris y el Eufrates. Nos  dicta la Historia que, tanto el norte de Mesopotamia, como las actuales Siria y Palestina, conocieron el establecimiento de determinadas  poblaciones precursoras»– buena parte de lo que en su momento se conoció históricamente como la “media luna fértil” ó “creciente fertil” – de una revolución en la humanidad y que es conocida como la “revolución neolítica» – En Oriente Próximo, éste episodio aconteció alrededor del año 9000 a.c. – . Con ésta revolución, la Humanidad asistía al lento y progresivo paso de una “economía de depredación” – propia de la sociedades paleolíticas de la primera expansión humana, hace aprox. unos 35000 años – a una “cultura de producción” donde los recursos que la fauna y flora local ofrecían, fueron en parte “domesticados” y puestos al servicio del hombre.

Desplegar…

Los primitivos asentamientos en el norte mesopotámico y donde aparecen los primeros signos de transición entre las anteriores culturas y las neolíticas son los yacimientos de Jarmo, Umm, Dabaghiyab, Hassuna, Samarra y HalafSiendo ya dentro de las culturas de Samarra y Halaf, J. Santana añade Hassuna, –  F. Lara nos sugiere una «disociación cultural» con los que sería la cultura sumeria en el periodo de Jemdet Nasr,  año  3000 a.c. aprox. .-  donde y basándose en la onomástica no semita de parte  de la lista real recopilada en el siglo VIII a.c. por los asirios, – los llamados «reyes que habitaban en tiendas” , ver el origen nómada… – debemos ubicar su primer origen étnico, como parte de núcleos de poblaciones pre-semíticas que en su momento fueron conocidas como el “País de Shubur”Shubartu/Shubur, nombre que aparece como uno de los “extremos del mundo” en algunos textos sumerios- y que posiblemente tuvieran una primera relación de  asimilación cultural con los pueblos que posteriormente se conocieron con el nombre de hurritas – pueblos caucásicos que poblaron el noroeste de Asia Menor y el norte de Siria – así como con otros pueblos montañeses del éste del Tigris. Estos pobladores shubarteos fueron progresivamente, y con posterioridad, mezclándose con las distintas oleadas de tribus semitas que procedentes del oriente mesopotámico fueron asentándose entre el sexto y tercer milénio a.c. en Asia occidental,  siendo los acadios, – “El pueblo de Akkad”Semitas orientales de los que los mandatarios asirios reivindicaban con orgullo su herencia cultural y política – con los que supuestamente primero se fusionaron.

Nota:  Existe una teoría por la cual durante el Holoceno, el Mar Negro y el Caspio fueron grandes lagos de agua dulce, por lo menos en sus capas superiores.  También se sabe que  en el octavo milenio a.c., el Mar Egeo tuvo grandes aportaciones de agua dulce procedentes del Mar Negro, así como que  el Mar Mediterráneo durante el sexto milenio a.c. aprox.,  y  por la sobreelevación por causas naturales del Bósforo y los Dardanelos , rompió los «diques» que le separaban de estos lagos glaciares comenzándose ó acelerándose un proceso de salinización de sus aguas (Ryan y Pitman, Universidad de Columbia). Éstas y otras circunstancias bien podrían ser la precursoras de las migraciones que durante esos mismos tiempos se produjeron por parte de determinadas hordas nómadas caucásicas hacia Mesopotamia ó  en su defecto a las zonas limítrofes de los Montes Zagros. Montes  que en su vertiente oriental disponen de entornos ecológicos similares a los que cabría suponer a los  antiguos grandes lagos de agua dulce que  fueron los citados mares.

Según cuenta la leyenda, hacía el III milénio a.c.,  el rey Upsiaparte de la dinastía mítica pre-semítica – erigió un templo en la margen derecha del curso medio del Tigris – cerca de la desembocadura de uno de sus afluentes, el Zab inferior (Al- Charquat, cerca de la actual Mosul) –  un templo al dios Assur, a cuyo alrededor florecería la ciudad del mismo nombre y que aportaría cohesión a una «federación» de tribus semi-nómadas que paulatinamente se encaminaban a un proceso de sedentarización – Habría me matizar que la condiciones de la tierras shubarteas era harto diferentes a las sumerias de sus vecinos del Sur, pues dependían en exclusividad de los ciclos pluviales, de ahí que su dios principal, Assur,  tenga como principal atribución ser «El Señor de las Lluvias» –

Con la llegada al poder al «pais de Akkad» del rey Sargón I (2235-2279 a.c.) y su posterior conquista de Shubur,  se produce una intensificación de la colonización urbana como consecuencia de las labores de explotación de unas materias primas que la Baja Mesopotamia y Akkad no poseían.

« (1) Desde Marhasi más allá del puente de Baza hasta los confines de la ruta del país de Meluhha… (3) Desde el bosque de los cedros hasta Anshan,  el país de Shubartu… (30) 120 beru, distancia desde la desembocadura del Eufrates hasta los límites del país de Meluhha <y> Magan, (31) que Sargón rey del universo cuando conquistó los países tan lejos como se extiende el cielo…» Extracto de «La geografia de Sargón». Texto neo-asirio.

Nota sobre el texto:  Marhasi/Warharse; Reino y ciudad no descubierta y que posiblemente se situara al sur de la meseta del Kurdistán y fronterizo por el este con  «El país de Elam».  Meluhha; Se especula que haga referencia a las civilizaciones de Valle del Indo (ruta hacia…) y que se tiene conocimiento de  tales contactos comerciales en textos sumerios. Anshan; Reino elamita situado en las estribaciones  iránias del sur de los Montes Zagros. Magan; Reino que correspondería con parte del territorio de la actual Sultanato de Omán.  «Beru»;»Hora doble» sumeria (Un dia = 12 «beru») ó medida de longitud que supone la distancia recorrida, en el transcurso de un «beru», durante un jornada de viaje  (Si terrestre, aprox. 10 km;  Si marítima, 12  millas, ¿?)

Durante más de siglo y medio,  la influencia acadia se dejo sentir de forma creciente en Shubartu y con éstos, la cultura sumeria De ésta época datan los primeros textos cuneiformes acádicos encontrados en la ciudad de Assur – Tras la muerte del rey acadio  Sharkalisharri, 2233-2198 a.c.,  se precipita la caída del imperio de Akkad. La caída del imperio acadio,  según nos dicta la arqueología, nos habla de grandes devastaciones que serán más acusadas en el norte mesopotámico. Ciudades como Assur, Nínive, Uruk y Sippar fueron arrasadas y sus templos destruidos,  en especial los templos de Ishtar en Nínive y Assur  – Aunque la posición acadia en el poder mesopotámico siempre fue inestable ante las invasiones de otros grupos semitas, caucásicos ó de los qutu de las montañas del Kurdistán; La situación se complicó a partir del reinado de Naram-Sin, nieto de Sargón, y sus reformas- La caída del imperio acadio fue posiblemente motivada por factores religiosos a los que se unieron circunstancias coyunturales – reformas políticas, presión fiscal, etc.  – que se estima tuvieron su origen en una reacción del clero de Nippur contra Akkadé,  al ver como su dios nacional, Enlil, perdía prestigio ante Inanna/Isthar; ó  bien por la reforma llevada por Naram-Sin en favor del dios Sin de Ur;  Las consecuencias  fueron que el clero sumerio reaccionó violentamente a tales medidas, y aprovechando las incursiones extranjeras, alzóse  en armas reclamando la independencia de sus ciudades. Éstos avatares sociales, como resultado, posibilitaron el asentamiento en el norte mesopotámico de diferentes tribus semíticas y caucásicas. De éstas fechas son el asentamiento definitivo de amorritas/amorreos en Assur – tribus semíticas occidentales que llegaron a disponer de su propia dinastía en Assur – y que ya veían presionando las fronteras shubarteas  desde principios del tercer milénio. También se conoce la llegada a las tierras de Shubur de los hurritas – al menos desde la época de plena dominación acádica (2400-2250 a.c.). Los hurritas son pueblos caucásicos provenientes del valle del Khabur, aunque de posibles orígenes anatólicos orientales – y qutus/guti  – tribus de nómadas y montañeses provenientes del Kurdistán y  posibles ancestros del actual pueblo kurdo – que establecieron reinados en toda Mesopotamia durante aproximadamente los años 2220 y 2120 a.c. -,  aunque no se sabe exactamente  los términos de tal realeza y como ejercitaron éste dominio , pero si es cierto  propiciaron, en esos tiempos convulsos, la vuelva a las antiguas y «atomizadas» costumbres sumerias de las ciudades-estado. Ésta situación política continuaría en el tiempo hasta el establecimiento del II imperio mesopotámico bajo la directrices de la III dinastía de Ur.

El nuevo imperio de Ur,  – el llamado  «renacimiento sumerio»,  comprendido entre los siglos XXII – XXI  a.c., – extendió su autoridad en la misma proporción que lo hizo Sargón de Agadé e incluso más,  al añadir a sus conquistas la llanura meridional,  sí como el valle del Diyala,  por la zona del curso medio del Eufrates con centro en Mari y del curso medio del Tigris con centro en Assur. Los reyes de Ur, depositarios ahora de la vieja tradición cultural sumerio-acadia,  reemprendieron la actividad constructora iniciada en Shubartu por los reyes de Akkad – de esta época es el denominado templo «E» de Assur de planta tripartita sumeria – y es probable que este hecho fuera debido que desde la propia capital subartea, los reyes de Ur, controlaran las colonias comerciales sumerias que operaban en Asia Menor, así como de los yacimientos de minerales del norte del imperio, lo que nos puede dar una idea de las riquezas del enclave.

A finales del III milenio,  las intrigas y el desgaste del II imperio mesopotámico son evidentes. A la serie de luchas internas y a sus acontecimientos derivados, se  les unió el no menor desasosiego creado por la invasión de los amorritas. Amorreos que en el  año 2017 a.c. sobrepasaron el denominado «Muro de Amurru»- línea defensiva amurallada entre el Tigris y el Eufrates, que según Marco Simón y Santos Yanguas, debió de medir unos 26 «dannas» de extensión, que corresponden aprox. unos 270 km y que estaría a la altura de la actual Bagdad (ver mapa) -, y que tras superar esas defensas fronterizas sumerias, tomaron el control de las provincias del norte del imperio.  La incapacidad de dar una respuesta por parte de la dinastía urita a los acontecimientos – Incapacidad que fue en gran parte provocada  por  diversas partes de un imperio ya en descomposición –, fué aprovechada por algunas ciudades para obtener su propia independencia usurpando el poder central y cuyo primer foco de  levantamiento se produjo en la ciudades más alejadas del núcleo de reino,  entre las que se encontraba Assur.

En el año 21, según la lista sumeria, del reinado de Ibbi-Sin, los elamitas, subarteos, los suas y otras gentes de los montes Zagros, atravesaron el Tigris y conducidos por Kindattu, rey  elamita de Simaskhi,  se lanzaron contra Ur, derrotándola –

Detalle de la ciudadela de Assur. Al-Charquat-Mosul (Irak)

Las consecuencias, en la Mesopotamia meridional,   fue que el poder político comenzó a pasar alternativamente del principado de Isin al de Larsa , apareciendo numerosos personajes de descendencia amorrita que empezaron a encabezar pequeñas dinastías locales por todas las ciudades.  Así en Assur,  empezó a gestarse el inicio de una dinastía de gobernantes  que portaban nombres acadios y que desembocó,  en el año 2000 a.c. aprox. , en el gérmen de una ciudad-estado independiente propiamente asiria con la llegada al poder del que se supone su primer soberano: Puzzur-Assur.


Referencias:

«Asiria y su imperio» Carlos G.  Wagner  (1989)

«La civilización sumeria» Federico Lara Peinado  (1999)


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