La primera explicación cosmológica: Mohenjo-Daro. Apuntes e ideas sobre el origen de la religión en Occidente.

Practico, no se, la buena o mala costumbre de repasar entradas antiguas. Siempre tengo la sensación que sólo he dejado exclusiva reseña de  algo importante o bien de haber estado  «hilando», entre varias de ellas, algo relevante y que el «bosque» de intentar, en una temática tan extensa como la que trato, darle un tintura de interés  en lo anecdótico,  me lleva a no verlo  en su conjunto.  Si bien aclaro que cuando hablo de  «algo relevante» en relación, me viene a la cabeza las palabras del sacerdote babilónico Bel-rē’ušu/Berossos sobre la ancestral llegada de U-uno/Oannes, el primero de los siete sabios mitológicos sumerios, afirmando que desde su aparición, nada se ha conseguido relevante. Una afirmación que suelo unir a lo expresado por el  hiperbólico, y tal vez no tan ficticio,  personaje televisivo de Sheldon Cooper, cuando habla que las «Humanidades» son para «mentes de segunda». Yo, cada día,  estoy mas convencido de ello, mas con matizaciones.

Sol Invictus y su carro

Representación de calendario astronómico en el Códex Vaticanus Graecus 1291. El circulo exterior representa las constelaciones con el dios Helios / «Sol Invictus» en el centro de una cosmología Ptolemaica. siglo VIII d.c.

Muchos «laicos» podrían aseverar que la afirmación de Berossos no se sostiene ante los avances científicos de las «ramas mas prominentes» de la Ciencia en los últimos siglos o que, bien mirado, durante ese tiempo las Ciencias Sociales han adquirido un rigurosidad y un enfoque que las hace imprescindibles en la evidencia, cosa en la que no estoy muy acuerdo.  Si bien,  y en mi opinión, es  muy posible que el antiguo gran sacerdote del templo de É-sa-gil(a) se refiriera mas al mero hecho de las instituciones y estructuras humanas que a su «desarrollo tecnológico». Desarrollo tecnológico y científico que por otro lado,  no siendo en exceso riguroso y observándolo con detenimiento,  no ha aportado grandes hitos – si lo restringimos casi exclusivamente al campo de la Medicina, y esto hasta hace muy poco –  al desarrollo  social humano, salvo en su emulación del lema olímpico: «Citius, Altus, Fortius».

La cuestión, volviendo al tema principal y conocido que el  pensamiento humano reciente es generalmente redundante,  es que ante la ausencia actual en el desarrollo de alternativas, por la  quasi-total dominación del medio y sus consecuentes anquilosadas estructuras sociales,  resulta obligatorio  retroceder en el tiempo para encontrar los momentos verdaderamente creativos en el Hombre.  Partiendo de ésta premisa, la idea es descubrir,  si no la explicación inequívoca, el origen de la evolución y  desarrollo de las actuales creencias y motivaciones de la Humanidad.  De ésta guisa, dejaremos de lado el germen de su actual estructura económico y social, harto descrito en éstas líneas,  para conjeturar e intentar probar donde geográficamente se establecieron las primigenias pautas psicológicas que aún  la sostiene y cuyos principios filosóficos derivados se extienden por prácticamente la totalidad del globo.

No hace mucho mas de trescientos años, existía la convicción que la «civilización occidental», establecida sobre el pensamiento greco-latino y la moralidad cristiana, así como  la cosmología ptolemaica, era la única digna de ser denominada como tal. Hoy conocemos con seguridad que tales premisas realmente son herederas de otras civilizaciones y culturas mucho mas antiguas repartidas entre Asia y África,  – Aquí habría que apuntar que la Arqueología, como ciencia, tiene sus primeros antecedentes a finales-principios del siglo XVIII-XIX, y sus primeros resultados, lógicamente, dejaban mucho que desear –  por lo que hoy me gustaría tomar, como supuesto primer referente de civilización urbana,  el origen de la  civilización sumeria. 

mithras-and-sol-fresco-dura-europos

Reconstrucción de un fresco donde aparece El dios sol Mithra y Zoroastro. 210 a.c. Dura-Europos. Siria. University of Yale Art Gallery

Dimes y diretes a parte, el origen de los sumerios no es un tema concluso, como se afirma.  El Periodo de Jemdet Nasr, 3150-2900 a.c,  se considera como el punto de inflexión cultural diferencial entre la “Baja Mesopotamia” y la “Alta Mesopotamia” y la aparición de las primeras referencias arqueológicas hacia un estadio sumerio. Y es aquí, en la interpretación de la continuidad o discontinuidad evolutiva de los estratos arqueológicos,  donde aparece la disensión entre los estudiosos:  La continuidad evolutiva implicaría  que los sumerios son autóctonos de Mesopotamia y sus logros propios; y la discontinuidad, ya sean los sumerios autóctonos o no,  consecuencia de una  nueva aportación cultural exterior a la región. La cuestión sería, tal vez,  establecer cual es el marco real de su cultura precursora, la «Cultura de El-Obeid/Al-Ubaid»,  para poder definir la posible existencia de evoluciones paralelas fuera de Mesopotamia y de su interacción.

Así, y por ejemplo, la cerámica tipo  El-Obeid/Al-Ubaid, parece que  fue introducida en el Golfo Pérsico a finales de sub-periodo Obeid 2, aprox. entre el 4900 y el 4300 a.c., afianzándose durante  Obeid 3 y 4, 4300-3500 a.c., y concluyendo bruscamente durante el periodo post Obeid 4 en el 3500-3100 a.c. aprox., – las fechas de radio-carbono nos ofrecen un lapso de tiempo entre la segunda mitad del VI milenio a.c.  hasta finales del V milenio a.c. (Carter, 2006, Matthews, 2005, Potts, 1990 y Vogt, 1994) -,  si bien algunos autores,  caso de Phillips,   hablan – Según determinados enterramientos en los actuales Emiratos Árabes,  caso de UAQ-2-  de un cierto “sabor autóctono” en determinas piezas encontradas. Si bien, estos estudios podríamos denominarlos como de «preliminares» debido a los inconvenientes políticos de la región.  Por otro lado y en igual sentido, se tiende a apartar de la evolución de la Baja Mesopotamia a los valles de Kakheh y de Karun,  definiéndolos como parte del territorio elamita, cuando en realidad no son mas que  la prolongación oriental de la llanura de la Baja Mesopotámica. Independientemente de lo anterior y como mencionaba al principio, estaba releyendo mis datos sobre Mohenjo-Daro, o Naṇḍūr en su nombre original, cuando de nuevo tomé nueva perspectiva de la composición del año en  las cultura del Valle de Indo  o «País de Mīnāḍ».

«Permítenos que con melódica habilidad proclamemos esa generación de dioses para que ellos puedan ser sentidos, cuando estos himnos sean cantados en edades futuras. Éstos Brahmanaspati surgidos del horno y la fundición de la Existencia y engendrados de la No-Existencia, tal que  en una fragua, en los antiguos tiempos de los dioses.  Del nacimiento de la Fuerzas Creadoras surgieron las Regiones, y de las Fuerzas Creadoras de las Regiones surgió la Tierra. Daksha nació de Āditi, y Āditi era la hija de Daksha. De Āditi, o Daksha, la que es tu Hija,  fue engendrada. De ella nacieron los Benditos Dioses para participar de  la  vida inmortal. Al vosotros, ¡Oh, dioses…!,  asiros de la mano uno a otros, aquella oscuridad terminó. En aquel momento, ¡Oh, dioses..!, tal que bailarines, de vuestros pies surgió una nube de polvo. Cuando vosotros, ¡Oh, vosotros dioses..! tal que Yatis/Santos fuisteis la causa del surgir de todas las cosas. Fue cuando vosotros trajisteis a Sūrya/Sol, quien yacía escondido en el mar. Ocho son los Hijos de Āditi, quien de su cuerpo nacieron a la Vida. Con siete de ellos cumplimento a los dioses y alejó a Mārtanda. Asi fue que con su Siete Hijos, Āditi  fue al encuentro de la Primera Edad. Ella alejó a Mārtanda, (por ser) el constante surgir de la Vida y  la Muerte. » «Los dioses». Rig-Veda [10-072]. Himno LXXII.

Cristo Pantocrator

Parcial del fresco bizantino de Santa Sofia en Istambul (Turquia). Aparece un Cristo Pantocrator como «Señor de Universo». Siglo XII d.c.

La existencia de ochos personalidades cosmológicas, relacionadas con el  Sol, en el panteón del Indo no dejaba de ser una incógnita para mí y mas en relación con su posible extrapolación a las creencias mesopotámicas. Sin embargo, si di con su posible paralelismo dentro de las primeras deidades védicas, los Ādityas, los ocho hijos de Āditi,  la «Madre Tierra/Dama del Infinito»  en determinados  pasajes del antiguo Rig-Veda – El Rig-Veda es un texto sagrado de principios del periodo védico y escrito,  entre el siglo XV-XII a.c. , siendo originario de  Panyab  en la región del Indo –: Āmsha, Aryamán, Bhaga, Dahtri,  Mitra/Sūrya, Varuna, Indra y Mārtanda. Si bien Mārtanda, en un principio, no formó parte de los «Siete Inmortales Celestiales» al ser apartado por su madre para ser la semilla de lo seres que viven y mueren, aunque en la tradición brahamica posterior  su madre lo resucita, pasando  a denominarse Vivasvat, pero ya formando parte de los posteriores doce Ādityas de Brahma como representación de uno de los doce meses del calendario solar y/o constelaciones zodiacales.  Un hecho significativo y paralelo es que los principios cósmicos representados por los siete Ādityas se relacionan con » Sapta Sindhu»,  nombre dado a la cuenca hidrográfica del Indo, – Si bien la composición «Sapta Sindhu», «Siete ríos», como conjunto de los mas sagrados siete caudales fluviales de la mitología hindú, es harto variable a lo largo tiempo – , y éstos, a su vez, con los «Saptarshi» o «Siete Sabios/Santos», y como entelequia circular,  asignados, cada uno,  a una estrella o fenómeno celeste visible desde el entendimiento brahamico. Añadir que en los posibles mitemas previos, descritos en el  Rig-Veda Anukramani y originarios de la región del Indo,  sobre los «Rishi» o «Santos»,  éstos son también ocho.

«Estos siete apkallu/sabios, carpas venidas del mar..; Estos siete apkallu (de En-ki)  nacidos en el río, para asegurar el buen funcionamiento de los planes en el Cielo y en la Tierra…» Orientalía 30, 1961. Texto sumerio.

zodíaco II

Distribución sobre el tablero ritual zoroástrico de los «Siete Estados»  y el «Principio Creador» (marrón), así como de los «Tres Legisladores» (amarillo)

Independientemente de la historicidad, como número sagrado, del número siete en diferentes mitologías afro-asiáticas y que puede dar lugar a correlaciones equívocas, un aspecto importante a considerar es que tanto los panteones dravídicos y  sumerios, tienen su base en divinidades cósmicas, es decir:  Representan cualidades espirituales o morales personificadas en aspectos o fenómenos de la Naturaleza y que serán heredadas por el zoroastrismo. Este rasgo presupone a pensar que sus creencias podrían ser anteriores a los procesos migratorios hacia el Indo y Mesopotamia de nómadas o semi-nómadas indoeuropeos y semitas, y que en su generalidad, mantenían cosmogonías astrales.  Su diferenciación estriba en que los panteones cósmicos están mas ligados al concepto de «horizontalidad» en que se sustentaban las creencias pre-neolíticas, mientras que los panteones astrales,  en su conclusa concepción «vertical»,  la Naturaleza es apartada ante su débil capacidad proveedora (J. Cauvin, 1997) , al vez que vuelca ese «aspecto insatisfactorio»  en fenómenos celestes, adoptando así, en similitud a su realidad vital,  divinidades amorales y alejadas de los acontecimientos terrenales. Dicho esto, podríamos especular que la primera separación de Mārtanda del grupo de los Ādityas podría ser una analogía de la segregación entre los «terrenal» y lo «astral», tras la mixtura que suponen los posteriores dogmas védicos entre las creencias dravídicas y las indoeuropeas. Fusión que podría ser comparable a la que supuso en Mesopotamia el  general panteón sumerio-acadio. 

« ..En cierta ocasión ocurrió que allí (en el “País del Mar”…), por primera vez, en la costa, un monstruo extraordinario, llamado Oannes,  surgió del Mar de Eritrea. Todo su cuerpo era el de un pez y bajo esa cabeza tenía otra cabeza y unos pies parecidos a los de un hombre. Éste ser que se pasa sus días con los hombres sin tomar ningún alimento, les enseñó la escritura, todo tipo de ciencias y de técnicas, la construcción de templos, la jurisprudencia y la geometría; También les reveló el cultivo de cereales la recolección de los frutos; En suma, les dió todo aquello que constituye la vida civilizada. Y lo hizo hasta tal punto y de forma tan magnífica que, desde entonces, no se ha descubierto ninguna cosa importante. En el momento del ocaso, este monstruo Oannes volvía al mar para pasar las noches en el agua, pues era anfibio. » Pasaje de la Babyloniaka I (Historia de Babilonia, libro primero). Berossos, siglo IV a.c.

Consideraciones aparte, la relación existente entre el mito de sumerio de Ziusudra y el mito védico de Manu descrito en el Satapatha Brahmana, siglo VIII-VI a.c.,  y éste último, a su vez,  con los relatos de la Babiloniaka sobre Oannes – U-uno en sumerio –  no deja lugar a dudas. Manu, el «Primer Ser Humano» e hijo del resucitado Mārtanda/Vivasvat, y a su vez rey de los drádivas, es advertido por Matsya de la cercanía de un Diluvio – Matsya es un avatar o forma del dios Vishnu, mitad hombre y mitad pez que toma a libre albedrío personificación humana. Su nombre es dravídico es «Mīn», una de las ya mencionadas formas del dios Ā  – , conminándole a construir un barco, donde incluirá a los seres vivos, y que es conducido por el océano por Matsya, el hombre-pez, hacia la salvación en los montes del Norte. Según el relato posterior del Mahábharata, siglo III .ac., Manu embarcaría semillas , no a animales,  y a los siete sabios Saptarshi. Por otro lado, Vishnu era considerado, de la misma manera que En-ki,  como un dios afecto a la esencia de los seres vivos y protector de la Humanidad y que,  al igual que En-ki,  tenía como primera acepción ser un «Dios de las Aguas».  Dicho lo anterior, puede que ahora no nos resulte tan vaga la similitud entre los símbolos de En-ki, la Cabra y el Pez, y la denominación del «Carnero-Pez» para el dios principal de Mohenjo-Daro. En misma relación,  tanto la diosa sumeria Inanna como la védica Āditi son denominadas como la «Gran Vaca Celeste», con la particularidad que Inanna, según los textos épicos sumerios sobre el primer gran sacerdote-rey de Uruk Enmerkar,– una forma de gobierno equivalente a la de Mohenjo-Daro –  proviene, al igual que  el mismo Enmerkar,  de la antigua ciudad, Aratta,  en el suroeste de la meseta iraní  y donde tenía su principal templo. Hablamos del año 3750-3150 a.c. aprox y del periodo de diferenciación cultural entre la Alta y la Baja Mesopotamia.

zodíaco

Distribución en el tablero ritual zoroástrico de los fenómenos diarios y anuales solares, así como su movimiento espacial en relación a Canopus y la Estrella Polar según las creencias geocéntricas.

Otra conjetura que podría tener visos de realidad, y que concordaría con el parentesco entre el idioma elamita y el dravídico (MacAlpin, 1975), es relacionar a los habitantes de Elam con los “Sudras”.  Los Sudras  o  la “raza sudroide” hace referencia a la población aborigen de la India y Pakistán, y que hablaron una lengua dravídica, con anterioridad a las invasiones arias de pastores nómadas alrededor del año 3500 a.c. , (Cavalli-Sforza, 2009), y cuyos rasgos – pelo negro, narices aplastadas y labios gruesos – concordarían con la etnia de determinadas poblaciones actuales del Huzistán,  la antigua región de Sushan/Susa, así como las descripciones raciales presentadas por Contenau, 1927, y Dieulafoy y estos, a su vez con los “cabezas negras” o “sag.gig.ga”  como se denominaban los propios sumerios. 

El número ocho vuelve a aparecer en el Nēragestān o  «Rituales del Culto» en el Avesta zoroástrico. En Nēragestān: 60-61, siglo IX a.c.,  nos habla de las ocho «Posiciones de la Ley», o «Dātiya Gātu»,  donde ocho sacerdotes  se colocan en una área ritual  de forma cuadrada y que concordaría con la posición y número, tanto en situación norte como sur, de las constelaciones zodiacales en el sistema ptolemaico del siglo II d.c. (Windfuhr, 2004), dibujando la cuadratura de un circulo. Desde su vertiente  mística,  la «disposición horizontal»  del cuadrado representaría a los «Siete Estados de la Creación»,  seis alrededor dispuestos de tres en tres y uno en cabecera – Que corresponden a los seis Amesha Spenta y a Ahura Mazda, los «Inmortales Santos» – , mas un octavo en el lado opuesto que escenifica al «Principio Creador», en éste caso el espíritu Spenta Mainyu, y en la percepción religiosa mitraica al hijo de Ahura Mazda, Mihtra,  mientras que su «disposición vertical» evocaría a los «Tres Legisladores», léase  la Tierra, Viento/Atmósfera, y el Cielo/Cosmos. Éste sistema representativo  contendría los tres principios cosmológicos: El cósmico (3), el astral (7) y la zodiacal (12) sobre una base (8),  siendo un sistema de representación de su funcionamiento,  presidido por la figura del Sol y sus fenómenos diurno-anuales – léase, amanecer, puesta de Sol, y sus solsticios y equinoccios –,  así como  los diferentes aspectos morales y éticos afectos, que también será adoptado por el Taoísmo chino y otras corrientes filosóficas asiáticas. 

« Esplendor de la Gloria del Padre, Luz de Luz. Fuente de toda luz, Día que iluminas el día. Llenos de fe y confianza, presentimos la dicha de ser iluminados por Aquél que es el esplendor de la Gloria del Padre, a quien teme nuestra alma cuando ha perdido la Gracia. […] Oh Padre, fuente de todas las gracias. Oh hijo, esplendor de la Gloria del Padre, Oh Espíritu Santo, amor eterno de ambos. Oh Cristo, esplendor del Padre, vida y vigor de las almas, en presencia de los Ángeles, te ensalzamos con el corazón y los labios, alternando nuestro canto con sus voces. Concédenos así, Oh Padre de las Luces, por medio de tu Hijo que con el Espíritu Santo, reina y nos gobierna por los siglos de los siglos. Oh Dios, Luces del Cielo y Padre de toda Luz, que con poderío admirable has desplegado la bóveda celeste y la sostienes con tu paternal providencia.» Extracto del himno cristiano «Splendor Paternae Gloriae», San Ambrosio, 340-347 d.c. 

En su vertiente mas occidental, la «visión astral» y el numeral mitémico siete sumerio-babilónico, y lo que representa desde el punto de vista religioso, se mantendrábaptisterio-Letran y se extenderá en sus proposiciones por Oriente Próximo hasta el I milenio a.c. y la conquista de Babilonia por  los medos y escitas persas, los «caldeos bíblicos», tras lo cual se adoptará el sistema zodiacal tropical o mazdeísta de doce constelaciones – De esas fechas es el tratado astrológico del MUL.APIN – . Un explicación del orden celestial babilónio-zodiacal que será llevado a Macedonia en el siglo IV a.c. y adoptado posteriormente por Roma.  Un sistema que comenzaba el año en el Hemisferio Norte  en el Equinoccio de Primavera en el signo de Aries, «El Carnero» y terminaba el año en el signo de Piscis, «El Pez», al igual que el antiguo calendario dravídico de las culturas del Indo.

Es posible que alguien pueda alegar que toda la correlación anterior está impregnada de conjeturas en el mejor de los casos  y de aportaciones circunstanciales en el peor, y, siendo riguroso,  es probable que tenga razón. En mi defensa alegaré que, a diferencia del resto de las lecturas del blog,  se puede definir ésta entrada, y como comentaba al principio, como un «conjunto de flecos» surgidos de otras, y que expongo para clarificar mi ideas y alentar colaboraciones a resolverlas.

Si bien y en relación, ahora yo os preguntaría ¿Seríais capaces de relacionar los números tres, siete, ocho y doce con determinados relatos o conjuntos de personajes  primordiales a lo largo de la historia de las religiones ..?  Os voy a dar dos pistas: Los ocho dioses Bāxiān o «Inmortales Sabios» de la mitología china y que el primer baptisterio, lugar donde se bautiza a los futuros fieles,  construido en Letrán por  el emperador Constantino en el siglo IV d.c. tenía planta octogonal y una pilastra circular.

Mas información:

«The Ties that Bind: On the Form and Content of Zarathushtra’s Mysticism» Gernot L. Windfuhr (2004)

«Zoroastrian and Taoist ritual: Cosmology and Sacred Numerology» in «Zoroastrian Ritual in Context» Gernot L. Windfuhr (2004)

«Mesopotamian Cosmic Geography» Wayne Horowitz (1998)

«Asian Mithologies» Yves Bonnefoy (1993)

“El gobierno teocrático de Mohenjo-Daro”  Jorge Quintana Vives (1946) 

Textos:

«The himns of RigVeda» Ralph T.H. Griffith (1896)

Imágenes:

editorial.cda.ulpgc.es

en.wikipedia.org

Un pensamiento en “La primera explicación cosmológica: Mohenjo-Daro. Apuntes e ideas sobre el origen de la religión en Occidente.

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