Mitología semita. Rephaim: Divinización de reyes y ancestros.

El termino semítico ugarítico  «rpum», «rephaim» en hebreo,  ha sido traducido con diversas acepciones por parte de los estudiosos.  Así y según De Moor,  tal denominación podría ser asimilable al adjetivo «salvadores»; Aistleiner  nos da como  referencia interpretativa la de «gobernantes divinos»; de  «grandiosos/poderosos» en el caso de L’Heuroeux; las «sombras» o los «sombríos» desde el punto de vista de Caquot y Lewis y como «manes regios» desde la versión de Del Olmo Lete. 

Todos estos posibles significados del vocablo  «rpum» convergen en representar a un seres de carácter divino, mas exactamente reyes o dirigentes, que tienen una vertiente social soteriológica como un ejemplo de conducta, a la vez que  hacen funciones de «puente» entre lo divino y lo humano. Tal vez el término contemporáneo, desde el punto de vista de las  «religiones del Libro», pudiera ser el de «santos»,  no desdorando tal afirmación las aseveraciones de N. Wyatt y De Moor, así  y de esta guisa aparecen en el ciclo mitológico de Ugarit junto a los «ilnym», divinidades menores. Desde un contexto interpretativo griego, también  puede ser considerado el epíteto de «héroes» de  apropiado  y así  los define, de igual manera,  del Olmo Lete  al tratarlos de «héroes divinizados».

 « Los rp[um] festejaran (el sacrificio):  siete veces las divinidades, ocho veces la muerte. […] como cónclave se acercan (a la Montaña de la asamblea), […] en un día de verano, (y)  los rp[um] comerán, (y) [los rpum] beberán. […] Los «dioses de los nogales» (¿?) […] Quien está en las alturas […] festín de corderos sacrificales.   KTU 1.20.i.1-10

Texto cuneiforme ugarítico que incluye la Epopeya de Aqhat y Daniel.  Siglo XIV-XIII a.c. Ras-Samra  AO 17323  Museé du Louvre

Para entender la posición dentro de la épica litúrgica de los rephaim  en la mitología  ugarítica,  y por ende extensible a toda la mitología semita del Oriente Próximo,  tenemos que apreciar determinados aspectos de la «divinidad del soberano». Divinidad que Wyatt matiza, aduciendo que su faceta inmortal no debe considerarse básicamente como un  privilegio real  alternativo  a la «muerte física», sino como un destino diferente debido a su regia aportación ante súbditos y  dioses al «infierno mesopotámico», y al que estarían abocados la generalidad de los hombres.  En su muerte, el rey como dador de la vida/fertilidad en su reino, mantendrá tales atribuciones,  pero ahora ya unido  a la «fuente primigenia» concesionaria de tales dádivas, el dios Baal,  formando parte  de su «asamblea celestial».  De ésta manera,  la vicisitud que conduce de la vida a la muerte  adquiere en la  cultura semítica y debido al hecho soberano, una novedosa vertiente que no conduce al «Šeol» hebreo,  el «Hôhu» ugarítico  o «Inframundo» , sino que establece una «bienaventuranza eterna»  alternativa junto a el Padre, el dios El.

Es preciso aclara que la «Vida en el Mas Allá» para los pobladores del Oriente Próximo supone una existencia mezquina como fruto de unas condiciones teológicas que identifican al hombre como un servidor sin excusas a lo dioses, siendo para tal labor  por lo que fueron creados. Así, del individuo a su muerte,  lo que queda en exclusiva es su «etimmu» o «ekimmu» en acadio, una sombra o espectro de la persona fallecida. Éste «espíritu» permanecerá por la toda la eternidad vagando por el Infierno,  alimentándose de polvo y lodo,  y mendigando de los vivos su propio  recuerdo a la par que sus ofrendas.

«Cuando los dioses crearon a la Humanidad, le adjudicaron a la Humanidad la muerte y la vida se la reservaron para ellos…» Pasaje de la «Epopeya de Gilgameš». Tablilla III: 3ss

Éste «Infierno» y dentro del «Ciclo mitológico de Baal», nos es  descrito durante el periplo que los mensajeros del dios, Gupan y Ugar,  hubieron de realizar para llegar a los dominios de Mot, el dios de la Infertilidad y la Muerte. La entrada al «Más Allá» se encontraba flanqueada por dos montañas, Targuziza y Tarrummagi, las denominadas «Alturas del confín de la Tierra» y que posiblemente estén relacionadas con los gemelos «Montes Mashu» de la mitología mesopotámica (Tsevat, 1974 y Margalit, 1980) – Los Montes Mashu eran las montañas de Oeste donde el dios Sol se escondía y que estaban custodiadas por dos hombres-escorpión: Los «girtablilu». (Gilgameš. Tablilla IX)  -. Descendiendo por las entrañas de las «Montañas de mi secreto ( de mi más profundo Yo)»,  como eran denominadas,  se llegaba a las puertas de la ciudad de Hamray, «La Ciudad del Fango» y de allí al trono de Mot que estaba situado en el recinto del «Mukku», «el Gran Charco», describiéndose el reino de Mot, Señor de la Muerte, como el «Gran Lodazal» o «Hôhu». Extensiones de barro que simbolizaban la descomposición de la carne en el lugar donde sólo la parte divina del hombre, en forma de ser emplumado, permanecía.

«[Desde los cie]los [y..] le [bendijo ¿?]: – Mira a tu hijo, a [tu descendencia verás], a los hijos de tu hijo después de ti. Mira, [ellos ¿? te tomarán] de la mano, al mas pequeño besarán tus labios. Allí hombro con hombro, los hermanos, los que asisten a El con presteza. Allí exaltaban (¿?) el nombre de El los (héroes) mortales, exaltaban bendiciéndolo el nombre  de El los próceres. Allí (estaban) Thamaq, el Rapha de Baal, guerrero de Baal y Anat. Allí, Yahipán, el luchador, el príncipe regio, el eterno.. » Pasaje de la «Poema de los Rephaim». KTU 1.22 i 1-10

En definitiva los textos épicos semítco-ugaríticos del «Poema de los Rephaim/Rpum»,  así como la «Epopeya de Kirta/Keret»,  KTU 1.14-16, y la «Epopeya de Aqhat/Daniel», KTU 1.17-19, – Daniel que junto a Noé y Job forman la tríada de antiguos patriarcas de la Biblia hebrea, «los Justos»,  Ezequiel 14,14 –  nos hablan de sagas de reyes divinizados. A su círculo pertenecen reyes legendarios tales como Kirta y Daniel, pero de igual modo pertenecen a tal asamblea los miembros de la dinastía reinante, los antiguos muertos o ancestros, y los mas recientes, todos dentro del «Clan de Didanu» , la dinastía soberana de Ugarit.

« (2) ¡ Emplazados sois, oh  rpum de la Tierra..! (3) ¡Convocada eres, oh asamblea de Didanu..! (4)¡ Ukkn, el rpu está convocado ! (5) ¡Tharruman, el rpu está convocado..! (6) ¡Sdn-w-Rdn está convocado..! (7) Tr-‘llmn esta convocado..! (8) ¡ Los ancestrales rpum  están emplazados..! (9) ¡ Emplazados sois, oh  rpum  de la Tierra..! (10) ¡Convocada eres, oh asamblea de Didanu..! (11) ¡Ammittaru, el rey, está convocado..! (12) Niqmaddu, el rey, está convocado..! (13) ¡Oh, mandato/trono de Niqmaddu, llorado será..! (14) ¡A su pie lágrimas serán derramadas..! (15)  ¡Sea el ágape del rey recordado por los que le precedieron..! (16) ¡Sean tales lágrimas en festín consumidas..! (17) ¡Oh, infortunio..! ¡Oh, infortunio de los infortunios..! (18) ¡Calcina, Oh Shapash..!  (19) ¡Abrasa, Oh Gran Luz, laméntate, Oh Shapash, desde lo alto..!  (20) ¡Al sitial de tu Señor, ante su trono..! (21) ¡ Al sitial de tu Señor,  desciende al inframundo ! (22) ¡Desciende al inframundo, y seas abajo en el polvo..!  «Pasaje del ritual funerario del rey ugarítico Niqmaddu III».  KTU 1.161. 2-22 . Año 1215 a.c. Ugarit/Ras-Shamra

Los Rephaim , o Rêpâim, según las escrituras bíblicas, son los descendientes de Rapha,  un filisteo de la ciudad de Gath  (2 Samuel 22: 24) –  Que aún filisteo, los textos del A.T.  le consideran de la tribu judía de Benjamin,  bien como descendiente de Binea , 1 Crónicas 8:37, o directamente como hijo de Benjamín, 1 Crónicas  8:2,  y por tanto de la sangre de Saúl, lo que implicaría una ascendencia real hebrea  –. Es de notar que los Rephaim en la LXX, 2 Samuel 5: 18-22, son representados con el término “Τιτᾶνες”, «Titanes».  En el Libro de los Proverbios, los Titanes,  forman parte de la representación de la “Extinción”,  por ser seguidores de la “Extraña Mujer”,  la diosa Asherah,  la esposa del dios El y que hace referencia a las  pretéritas culturas con creencias hiero gamas del Mediterráneo Oriental.

« (En referencia a Aserah…) Su morada se hunde hasta la muerte y sus caminos conducen a los Rephaim » Proverbios 2:18. Biblia Ortodoxa Hebrea

La Biblia Hebrea, por su parte,  describe la ‘protohistoria’ de la región de Transjordania  a partir de la utilización de relatos legendarios con un evidente origen canaaneo. La tradición bíblica coincide en señalar que los pueblos históricos de «amonitas» y «moabitas» no fueron los primeros habitantes del norte y centro de Transjordania. Según el libro del Deuteronomio el norte de esa región, Basán, antes de la llegada de los amonitas, estaba ocupada por unos seres legendarios de gran estatura,, pero moral, los rephaim. Es probable que la concepción de los rephaim como gigantes sea un desarrollo secundario, presente únicamente en los libros épicos de la Biblia.

El último de éstos rephaim bíblicos fue  el rey Og de Basán, que residía en las ciudades de Astarot y Edrey  – Tall Ashtara, unos 20 km al noroeste de Deraca. Edrey , actual Deraca, en la frontera siro-jordana –, habría muerto derrotado por Moisés, quien supuestamente conquistó setenta ciudades amuralladas de dicho país,  otorgando dicha tierra a las tribus de Rubén, Gad y Manasés.  En un momento dado, Weinfeld trató de matizar la magnitud geográfica de la conquista atribuida a Moisés. En su opinión, los territorios del reino de Basán fueron conquistados en una época más tardía, mas exactamente en tiempos de la monarquía unida, posteriormente, la tradición deuteronómica se encargó de trasladar ese horizonte geográfico a la época de la conquista de Transjordania. Dicho esto, los recientes estudios en torno a los logros territoriales de la monarquía hebrea unida ponen en entredicho incluso que  Israel hubiera conquistado en alguna ocasión esos territorios.

Texto cuneiforme neo-babilónico de las crónicas del rey  Nabû-na-id (Nabonido). Siglo I-IV a.c  Forman parte de lo que se viene a conocer como  las «Tablillas de Spartoli». British Museum.

En Deuteronio 2.20-21 se afirma que la región de Amón, primitivamente, había estado poblada por unos rephaim a los que los amorreos conocían con el nombre de «zuzim» o «zamzummim» , los cuales habían sido expulsados por Yahweh, concediendo dicho territorio a los amonitas. Es obvio el paralelismo entre esta noticia y la concesión por parte de Yahweh del territorio de los canaaneos a los israelitas. El significado del paralelismo es claro. La ocupación de la tierra de los gigantes por parte de los amonitas legitimaba desde un punto de vista moral la conquista israelita de Canaán. Por su parte Deuteronomio 2.10-11  sitúa en la tierra de Moab a los «emim«, otro pueblo de gigantes a los que también se asocia con los rephaim.  Génesis 14.5-6  evoca un legendario enfrentamiento en el que Codorlahomer, rey de Elam, al mando de una coalición formada por Amrafel, rey de Senaar, Arioc, rey de Elasar y Tideal, rey de Goiim, derrotó a los «horim» y a los tres pueblos de gigantes a los que hemos aludido hasta ahora: los refaim en Astarot Carnain, los zuzim en Ham y los emim en Savé de Quiriatain.  Epopeya que actualmente sabemos tiene un origen babilónico y que ha sido identificado gracias a las llamadas «Tablillas de Spartoli» datadas en siglo VII-VI a.c, una copia del original babilónico.  Tales textos relatan la historia de la destrucción y saqueo de Babilonia, así como de su santuario más importante, el Esagila, a manos de una coalición de cuatro reyes, nombre de tres de los cuales evoca claramente a los mentados en Génesis 14: Mku-dúr-lah-(ga-)mal o  Codorlaomer;  Mèri-dÉ-a-ku o Arioc;  Mtu-ud-hul-a o Tideal . A partir de aquí resulta plausible suponer, según Astour , que el relato del rey Codorlaomer fue compuesto en época del Exilio babilónico  por un autor hebreo que adaptó el relato a un contexto judío.

Finalmente, pero ahora ya en Palestina, en la región de Hebrón, el relato bíblico sitúa a otro pueblo de gigantes vinculado con los rephaim, los «anakim». La tradición hebrea afirma que su ancestro epónimo era Anak, hijo de Arba, el fundador de Qiriat Arba, Hebrón, . Además de a los rephaim, Números 13.33,  asocia a los anakim con los «nephilim«, comentados ya con anterioridad en otra entrada.

El carácter etiológico de esas historias relativas a los legendarios habitantes de Transjordania parece claro. Durante los últimos siglos del Bronce Antiguo tuvo lugar un colapso del proceso de urbanización en el Levante mediterráneo. Dicho colapso tradicionalmente se había interpretado como el resultado de la llegada de grupos nómadas semitas procedentes de la vertiente occidental del curso medio del Eufrates, los amorreos. Actualmente, sin embargo, se han abandonado las explicaciones de cariz político en favor de aquellas que ponen especial énfasis en los factores socio-económicos. Así, la transición entre el Bronce Antiguo III y el Bronce Antiguo IV se explica ahora como el resultado de un proceso de «ruralización» en el paisaje cultural del Levante. A ello cabe añadir el hecho de que Transjordania es una región con abundantes monumentos megalíticos erigidos durante el final del Calcolítico/Bronce Antiguo I, aunque reutilizados en épocas posteriores, dándose la circunstancia que la mayor concentración de tales monumentos se halla en las laderas orientales del valle del Jordán.  Según Jordi Vidal,  fue probablemente la visión  sobre las dimensiones de esos monumentos megalíticos y sobre las ciudades con murallas ciclópeas abandonadas -tal como pudiera ser la antigua ciudad de Tall Handaquq – , fue la que la  provocó, en las repoblados asentamientos canaaneos del Bronce Reciente,  la creencia en una antigua civilización de gigantes, ya desaparecida , responsables de aquellas construcciones.

Argumentaciones, éstas últimas, que pudieran ser ciertas. aunque obvia hechos evidentes tales como que la Biblia no fue redactada por ganaderos y agricultores, evidentemente analfabetos, sino por escribas templarios, como así pone en evidencia los diferentes pasajes adscritos  a  textos mesopotámicos y que seguramente fueron recreados durante el exilio babilónico. Tampoco debemos olvidar que los cultos y rituales a antepasados, y su «santidad»,  no es un acontecimiento extraño al pueblo hebreo, como así nos indican diferentes textos bíblicos, caso de Samuel, 28. 8-15. Por el contrario, y como apunta Hendel,  el destino de los rephaim en la Biblia parece constante:  «Su existencia apunta a su necesaria aniquilación»- El término «nephilim» en hebreo viene a significar «los caídos» (en la batalla..) -. Aniquilación o asimilación, como nos dicta el pasaje Génesis 6. 1-4, fruto de una necesidad de expansión o de supervivencia ante las dinastías semíticas vecinas que estaban representadas  por diferentes clanes de rpum. Fruto de esta «necesidad nacional» es la reforma religiosa emprendida por el rey Josías en el siglo VII a.c. y que impone el alejarse de unos antiguos cultos baálicos todavía presentes en las creencias de Israel. – Notar que en 2 Reyes 22. 8-11, el escriba del templo que lee la“Seper Hattorah” redescubierta, y llevada ante Josías,  se llamaba «Safan». Nombre que proviene de «Saphon», la «Montaña Santa» de Baal –  Posiblemente la versión mas certera de porqué los términos rpum/rephaim fueron asimilados a gigantes nos la de «Septuaginta» o «Biblia griega». En los escritos también conocidos como LXX, los rephaim son tratados como «dioses primigenios» al asimilarlos al termino mitológico griego  «Titán».  Ésta versión concordaría plenamente con el papel de derrotados que la Biblia pretende  para los  rephaim – Los Titanes eran una pretérita raza de dioses grandiosos y poderosos, «gigantes» en definitiva,  que fueron derrotados en la «Titanomaquía» por el dios olímpico Zeus – 

Sirva por último añadir que en los archivos, datados en el Bronce Reciente,   hallados en Ugarit es donde aparecen las menciones más antiguas atestiguadas de los rephaim. En este sentido cabe destacar el texto KTU 1.108, en donde en sus primeras líneas,  se afirma que uno de esos rephaim, calificado como “rey eterno” y “dios”, residía en Astarot y gobernaba en Edrey, pudiendo bien tratarse del Rey Og bíblico – El término «Og» en hebreo viene a significar «Grandioso» –  . En realidad, en Ugarit, durante el citado periodo, también situaban a los rephaim con ese mismo nombre  en el país de Basán. Por otra parte, la figura de Og parece haber pervivido en la tradición fenicia del primer milenio a.c. Así Og, «Cg»,  aparecería en una inscripción funeraria de época persa, siglo V a.c.,  conservada en un sarcófago reutilizado en una fortaleza cruzada de Biblos. En dicha inscripción, Og,  parece representar el papel de una «divinidad protectora de la muerte» y que concordaría con las atribuciones de los rpum como «los rephaim de la tierra/Infierno».

« (Proverbio en referencia al Rey de Babilonia…) El Seol abajo se espantó de tí; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte; hizo levantar de la silla a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones » Isaías 14: 9.  Biblia Reina Valera 1960.


 Referencias:

» Mitos, leyendas y rituales de los semitas occidentales» Gregorio del Olmo Lete (1998)

«Tierra de gigantes. La «Protohistoria» de Transjordania según la tradición cananea» Jordi Vidal (2007)

«Religious texts from Ugarit» Nicholas Wyatt (2002)

«Glosas ugaríticas III. Reyes, difuntos y armas» Gregorio del Olmo Lete (2003)

«Geografía del infierno ugarítico según el ciclo mitológico de Baal» Jordi Vidal (2004)

Imágnes:

wikipedia.org

8 pensamientos en “Mitología semita. Rephaim: Divinización de reyes y ancestros.

  1. ¡ Que tal L.M…! Si, todo bien…, algo «liadillo» y con poco tiempo para escribir las últimas semanas. A ver si paso por «La mentira está ahí fuera..»

    Un abrazo,

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  6. hola, me gustaria resolver una pequeña duda, en cuanto tu pones el texto de provervios 2:18 y pones: «…Su morada se hunde hasta la muerte y sus caminos conducen a los Rephaim» segun biblia reina valera 1960, pero el termino Rephaim no aparece, aparece «muerte», no se porque lo escribes o en la traducción no pusieron el termino Rephaim….. gracias, y un saludo…

    • Hola Lionel F,
      Tienes razón, la Biblia Reina Valera 1960 habla del «Reino de las Sombras» y no de «Rephaim». Traducción católica del termino que esta asociada a la misma interpretación, mas la traducción publicada por mi se corresponde realmente a la versión hebrea de Proverbios, y ya ha sido corregida su referencia.

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