Génesis (El árbol de la vida)

arbol de la vida

«Cilindro de Adán y Eva», Arte sumerio-acadio (año 2200-2100 a.c,). British Museum

El primero de los cinco libros de la Toráh o Pentateuco es el Génesis. Etimológicamente su nombre nos llega del griego gené-sis (γένεσις) desde el  siglo V a.c. , que pasó al latín  durante el siglo I d.c. como génesis y cuyo significado en castellano es generación. Su nombre en hebreo, B’reshit (בְּרֵאשִׁית), se puede traducir como «En principio» ó como «Primeramente» y proviene del primer verso del Génesis «B’reshit bara Elohim et ha’shamaim v’et ha’aretz», siendo este primer adverbio el que le dá nombre.

El Génesis, según traducción de la biblia vulgata latina,  en su primer capítulo,  nos narra la creación del mundo en seis días, como descansó en el séptimo y como el creador contempló su obra. Pero es en el segundo capítulo donde el Génesis se centra en la creación del Paraíso, su ubicación, de como dá un alma a Adam, como crea a Varona/Eva (Génesis II, 23)  de su costado y por último, la curiosa ubicación de dos árboles: El árbol de la Vida y el árbol de Bien y del Mal.

6 .»Sino que subía de la tierra una fuente que regaba toda la superficie de la Tierra» 7. «Formó pues el Señor Dios al hombre del barro de la tierra y inspiro en su rostro soplo de vida, y fue hecho el hombre en ánima viviente» 8. Y habia plantado el Señor Dios un paraíso de deleyte desde el principio: en el que puso el hombre, que había formado»9.»Y produxo el Señor Dios de la tierra todo árbol hermoso á la vista y suave para comer: el árbol también de la vida en medio de Paraíso, y el árbol de la ciencia del bien y del mal» 10. «Y salia un río del lugar del deleyte, para regar el Paraíso, el cual se reparte desde alli en quatro cabezas» 11. «El nombre de uno, Phisón: este es el que cerca toda la tierra de Hevilath, en donde nace el oro:» 12. «Y el oro de aquella tierra es muy bueno: allí se encuentra Bdelio, y piedra cordelina» 13. «Y el nombre del segundo río, Gehón: este es el que cerca toda la tierra de Etiophia» 14. «Y el nombre del tercero río, Tigris: este corre hacia los Asirios. Y el cuarto rio es  el Eufrathes» (Génesis II, 6-14)

Esta traducción  nos proporciona dos aseveraciones: Por un lado, el árbol de la Vida como fuente vivificadora del Paraíso (Génesis II, 6) y por otro, el árbol del Bien y del Mal. El primero tiene unas fuertes connotaciones míticas mesopotámicas – como se  puede apreciar en la foto del sello sumerio que encabeza éste  texto –, mientras que las del segundo son propiamente hebreas. He escogido una impresión de «La Vulgata» del  año 1.823 – Universidad de Columbia, USA – porque tiene ciertos «añadidos» de tipo social, como por ejemplo: 15. «Tomó pues el Señor Dios al hombre, y pusole en el Paraíso del deleyte, para que lo labrase y lo guardase» que me recuerda a ciertos pasajes de Yasna zoroástrico, ya hace tiempo comentados,  ó de  determinadas incongruencias  en  las condiciones de la «expulsión», así como otras «rarezas»  históricas como el nombrar a los asirios, etc.

El término «Elohim» es un término semítico que  designa a los «seres divinos»,  que a su vez deriva de «El»/»Il»dios supremo semítico-mesopotámico (el creador desde el caos primigénio..) – y donde la partícula «ohim/im» da  un valor de plural.-  el término   «Eloah/Eloha»  semítico-hebreo es  un apónimo (lugar ó concepto que  define/representa el valor intrínseco de una naturaleza determinada. En este caso divina)  – ¿Habla la Biblia de:  «Primeramente crearon los dioses …» ó otra supuesta alternativa: «Primeramente («bara«, raíz «bar» que significa hijo) «nacieron»los dioses con los cielos  y con la tierra«? («Shama»/»Shamaim» significa  brillo/brillantes .«Shapash»/»Shamash» es el dios/a-sol semítico. «Aretz», significa «Tierra»)

En curiosidad sería lógico anotar también que el dios «Enki»/»Ea», de la mitología mesopotámica,  fué  el «creador de los hombres» y que en sumerio «ti» significa tanto «costilla» como «costado» (en posible relación con el «corazón» (¿?) como «fuente de  la vida»). En el mito sumerio de «Enki y Ninkhursag«, el dios Enki cedió una «dolorosa costilla» para crear a la diosa Nintila que dá la vida..») – ó lo que pudiera ser lo mismo:    La diosa sirio-hurrita «Hebat», cuyo nombre aparece también en la ciudad de Ebla como «Ha-a-ba-du», en  los jeroglificos luvitas anatólicos como «Ha-pa-tu/He-ba-tu», en inscripciones lícias como «Hba-eni» («madre Heba»..),  en los himnos órficos como la nodriza de Dionisios y en hebreo como «Hawwa» (Génesis 3, 20, etc..) a través de su forma semítica, «Hawwat». En definitiva..,  posiblemente: «Eva»

El árbol de la vida

En los trabajos realizados por Grotefend, Rawlinson, Hincke y Oppert durante la segunda mitad del siglo XIX, a la hora de descifrar y catalogar los documentos cuneiformes descubiertos en el Medio Oriente, con antigüedad aproximada de 4.500 años, disponemos de la suficiente información sobre las creencias y costumbres durante ese periodo histórico, así como de las condiciones climáticas, medioambientales y culturales de la civilización  urbana establecida sobre una anterior sociedad agraria donde la influencia semítica fue progresivamente introduciéndose en un sustrato sumerio. Hasta hace muy poco se pensaba que el dios supremo sumerio Dumuzi-Tammuz era una personalización divina de los ríos Tigris y Eufrates, como pudieran ser los casos de Osiris en Egipto, Adonis en Fenicia ó Attis en Frigia, siendo la representación de un nuevo  primigénio dios del declive y resurrección anual de la naturaleza, pero de tipo asiático-oriental. Esta suposición no fue del todo exacta. Recientes investigaciones sobre el mito sumerio de dios protector de Eridú, Dumuzi, nos indican que su “vuelta a la vida” no concuerda exactamente con lo que hasta ahora se  nos proponía. Así pues, aunque Jacobsen mantiene que aún tratándose esencialmente de un dios protector, se podría admitir una segunda representación del dios como  «la fuente de vida” y cuando al final de primavera éste “motor vivificador” desaparece,  éste muere. Hoy es incuestionable que los ritos por la muerte del dios caracterizados en los cultos a Dumuzi, provienen del mito sumerio de “Inanna y su descenso a los infiernos”.

En aquellos tiempos, en Babilonia, predominaba el sentimiento de fatalidad en relación con la muerte, los enterramientos hacen referencia a la ida a un mundo sin retorno, donde incluso los héroes, ó semi-dioses como Gilgamesh.., están condenados a su extinción, “como la vegetación en verano”, independientemente de sus atributos semi-divinos. Esto es así porque los dioses decretaron que un hombre no puede ser inmortal, reservándose esta cualidad exclusivamente para ellos, y aún así, cuando alguno  visitaba «la casa del no retorno” se les suponía un azaroso y complicado periplo. – como por ejemplo Isthar/Inanna y Gilgamesh no relata los poemas pudieron comprobar – Dumuzi, que originalmente fue un rey de Eridú en el tercer milenio a.c.,  aún poseedor de atributos divinos, sufrió una suerte similar en el «Kur» ó “Casa de las tinieblas”. De ésta forma la leyenda nos cuenta como  Dumizi fue privado de la vida eterna por intentar seducir a la diosa Inanna, reina de los cielos. Fué entonces cuando ella le miró,  con el “ojo de la muerte”,  ordenó fuera conducido por los demonios a los abismos infernales, ocasionando la desaparición de  los tiempos de abundancia  que representaba.  Bien es cierto,  que en algunos otros finales de esta historia se incluye  versiones que hablan sobre el perdón de Inanna y la consiguiente resurrección de Dumuzi.

En caso del mito sumerio de «Inanna y su descenso a los infiernos», Inanna volvió a la vida por intermediación de Enki que para la ocasión moldeó dos criaturas Lugarru y Kalatarru a los que  posteriormente envió al “mundo de las tinieblas” con «el agua de la vida» «los frutos de la vida” para rociarla y  frotarla con ellos,  para revivírla. En otro mito  que tiene como protagonistas a Adapa, Tammuz y Ningishzida, estos dioses son representados como los custodios de las puertas del cielo, y se matiza que Tammuz y Shamash afirman ser los guardianes del árbol de lapislázuli  «Kiskanu» en Eridú.

«Eridú, donde la raza humana ha sido bendecida por el dios de los cielos Anú y propiciados en el verdor de la vida por Enki, señor de la aguas profundas, cuyo templo “La casa del buen consejo” fué allí levantado y en su jardín se guarda el sagrado árbol Kiskanu “El árbol de la vida” ( posteriormente se asimiló al pino negro del Paraíso babilónico… ) de donde mana un agua vitalizadora y cuya vitalidad se materializa en sus frutos»

Él árbol «Kiskanu» , por tanto,  combina los poderes del cielo y de la tierra, ya que se erige sobre la Tierra, Ki,  se alza hacia el Cielo, An/Anu, y  hunde sus raíces en las profundidades del Kur.

Referencias: «Tree of life»  E.O. James.

9 pensamientos en “Génesis (El árbol de la vida)

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    • Excelente articulo Lampuzo….. creo que has tenido la oportunidad de leer la «biblia desenterrada», quería saber la opinión que tienes de este libro, si como expreso mas adelanta has tenido la oportunidad de leerlo?.

  4. Hola, eaghetto, bienvenido

    Así es, el blog en si mismo comparte el ideario desmitificador de la Biblia y de la historia de hebrea, y por ende de Oriente Próximo, así como de su influencia definitiva en la cultura occidental que Finkenstein y Silberman, e incluso Eisenmann y otros, dan.

    Si me permites, te invito a un breve viaje por el blog y confirmarás tales suposiciones.

    Un saludo,

    • Gracias de antemano…. quería saber cuando te fajas uno de tus escritos y les comentas a todos los lectores de tu blog, así como de los blogs amigos que trasmiten tus artículos, de como la gran mayoría de escritos de lo que hoy conocemos como antiguo testamento es una creación (bueno y no lo digo que un 100%, pero si en parte), de la reforma Nacionalista que impuso el reinado de Josias en el año 639 a.c.

  5. El primer punto a tener en cuenta a la hora de valorar los textos bíblicos del Antiguo Testamento es que no se trata de una libro de Historia, si no un conjunto de episodios épicos y rituales que pretenden ensalzar determinados hitos en la formación del pueblo hebreo, así como sus husos y costumbres, con unos fines claramente nacionalistas, como tu indicas.

    Dicho esto, no cabe duda, y al igual que otros textos épicos de otras civilizaciones, tienen un componente de realidad, tres ejemplos: El rey hebreo Jeconías, protagonista del exilio asirio, y que aparece en la Biblia, es un personaje histórico; El faraón egipcio Ramsés es un personaje real, pero es un «préstamo histórico» al que se hace protagonizar del gran episodio épico que para los judíos es el «Éxodo» y del que hoy por hoy no existen evidencias arqueológicas; El profeta Daniel es un personaje mítico que forma parte de la tradición semítico occidental y así aparece el ciclo mitológico de Baal ugarítico como un «Refa» o rey-héroe divinizado. Y así un largo etcétera.

    De esta guisa, podemos afirmar que según se retrocede en el relato del Antiguo Testamento los personajes pasan de ser históricos, caso de Atajerjes, a tal vez reales con una «desubicación temporal», caso de David y Salomón, para terminar siendo personajes míticos o mitológicos, caso de Eva y Adan, como ya sea comentado en el texto de la entrada. Hay que tener en cuenta que los textos en hebreo o proto-hebreo mas antiguos debemos situarlos entre los siglos VIII y IX a.c, por lo que su tradición es fundamentalmente oral, con todas las implicaciones que esto conlleva.

    Cito a J.M. Blázquez y J. Cabrero:

    « La arqueología sólo puede decir que David y Salomón han existido y que su leyenda se ha perpetuado. La única prueba de la existencia de un estado unitario israelita, según éstos dos arqueólogos israelitas (Finkestein y Silberman ..) , responde a la fascinación ejercida por la Historia Deuteronómica del siglo VII a.c. con la veneración de David y Salomón. el Deuteronomio se sirve de la monarquía unificada como propaganda política. (continúa el texto…) La arqueología ha demostrado que la visión bíblica del Siglo de Oro de David y Salomón no es exacta; es una proyección a tiempos pasados de Judá en el s. VII a.C. »

    Otro hecho evidente es que la mitología hebrea parte de un genérica mitología semita occidental. Mitología que ya nos habla del dios El. y que en algunos párrafos del Antiguo Testamento como

    « Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que corto a Rahab y el que hirió al dragón » Isaías 51:9. Biblia Reina Valera 1960.

    donde Yahveh/Yahu es perfectamente intercambiable con el dios Baal semítico-occidental, y así aparece su imagen en los yacimientos de los proto-asentamientos hebreos de las montañas de Judá y Samaria fechados entre el siglo IX-VIII a.c. Éste afirmación también viene sustentada en que Yahu y Baal comparten la misma parera, Anat/Asherah, y así aparece en textos encontrados en la Isla de Elefantina, siglo VIII a.c. aprox. y otros tales como:

    “Yahweh bendiga a Uriyahn, ya que su Asherah le ha salvado de sus enemigos”

    ,datados entre los siglos IX-VIII a.c.

    Dentro de ésta realidad de creencias, y a partir de ella debemos ubicar la reforma religiosa emprendida por el rey Josías.

    Saludos,

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