Los hittitas (Imperio nuevo y reinos neo-hittitas)

Máxima expansión hittita. Imperio nuevo, aprox. 1290 a.c. Map by New World Encyclopedia Organitation

Con la llegada al poder de Suppiluliuma I, llegan las grandes conquistas hittitas. Somete por las armas al «País de Mitanni», ocupa de nuevo Kizzuwatna y recrea en Siria un serie de estados en régimen de vasallaje – Alalah (Amurrú) , Halpa, Karkemish y Ugarit – a la vez que obliga a diferentes pueblos fronterizos a tributos fiscales y militares,  – Dardanys (troyanos), luvítas (Milawanda), palaítas (Wilusa), keskesh y lukkas (Licios) y que posteriormente serían sus aliados en la batalla de Kadesh/Qades; Aunque el destino, tanto palaítas como keskesh, sería  formar parte de las causas que arruinaron el imperio hittita – contribuyéndo a su estabilidad, a continuación,  nombrando a sus hijos Telipinu y Piyassili, reyes de Alepo y Karkemish, – éste último con funciones de “virrey” sobre los reinos sirios.

La debilidad del faraón egipcio Amenhotep IV,“El rey hereje” y de su hijo Tutankamón,Akenaton/Ajenatón socavará la situación de máximo esplendor de un imperio egipcio que había sido labrado hacía cien años por su tatarabuelo Tutmosis/Tutmosé III mediante las armas y conservado por sus abuelos y padre –  propiciará los avances hittitas en Siria – Época de la firma del tratado con Azirú, rey de Amurrú, así como con Ugarit – hasta el punto que a la muerte de Tutankamón, y ante la decandencia de XVIII dinastía, uno de los hijos del rey de Hatti será solicitado en la corte egipcia para asumir el trono mediante esponsales con una de las hijas de Amenhotep III, la princesa Baketamon. La muerte del esposo durante el viaje deshace las aspiraciones del país de Hatti de formar un imperio total y,  ante las sospechas de asesinato, se desencadena la guerra entre las dos potencias. Éstas nuevas hostilidades tendrán como efecto añadido la muerte de Suppiluliuma I y de su hijo Arnuwanda II como consecuencia de una epidémia de peste. – Los efectos de la guerra y las deportaciones, extendieron la enfermedad desde Siria hasta la península Anatólica -. Debido a éste y otro sucesos, será su hijo más joven Mursili II quien será el verdadero continuador de la labor de su padre, – aunque ante la presión militar de los antiguos reinos vasallos, la inacabada epidemia de peste y su propia enfermedad crónica   (afasia), nunca dejaron de suponer un contexto difícil para su mandato – junto a su sucesor, Mutawali II, fueron quienes mantuvieron y reforzaron la política imperial. – Bien es cierto que en determinado momento se tuvo que trasladar la capital del reino de Hattusa a Tarhuntassa a causa de una nueva expedición kaskha – La nueva política hittita tendría su preponderancia en Siria, hecho que llevó al rey  Mutawali a una extensión de sus enfrentamiento con el Egipto de la XIX dinastía – faraón Ramseś II – y que tuvo  su punto  más relevante en la batalla de Kadesh (1274 a.c.) – Qades era una posición estratégica que controlaba el eje este-oeste en la ruta Éufrates-Mediterráneo y que marcaba la línea que delimitaba los territorios de influencia egipcio-hittita en su eje norte-sur – Episodio que concluyó con una pírrica victoria hittita pués la posiciones anteriores al enfrentamiento se mantuvieron tal y como estaban, al conservar el «país de Hatti» la plaza de Kadesh,  así como su influencia sobre el país de Amurrú; Mientras que lo egipcios mantuvieron las suyas en Cannán, y cuyo desenlace supuso la evidencia  de la  relativa»debilidad» de ámbos contendientes.

Tras la muerte de Mutawali II (1270 a.c.), sube al trono su concubinato hijo, Mursili III, que a continuación es derrocado por su tío y tutor, Hattusili III, que consigue proporcionar un periodo de  estabilidad al imperio mediante la alianza con el rey de Babiloniay  la firma de un tratado de paz con Egipto, – lo que en algunos círculos de historia denominan “pax hethitica” -. Éstas maniobras políticas permiten retormar las operaciones en el norte del imperio , recuperando los territorios anatólicos tomados por los kaskhas y  pacificando las revueltas de lukkas y  Mira, – Aunque estos acontecimientos trastocan las posiciones  hittitas en Mitanni que termina perdiéndose, arrasada su capital en el 1260 a.c..,  a manos de un nuevo participante en los avatares políticos  anatólico-mesopotámicos: Los asirios del rey Salmansar I -. Tuthaliya IV (1237-1228 y 1229-1209 a.c. )heredero e hijo de Hattusili logra formalizar una débil tratado con Salmansar el cual es roto  por su hijo, Tukulti-Ninurta (1233-1197 a.c. ), al cruzar el Éufrates y posteriormente derrotar a los hittitas en la batalla de Nihiriya (1230 a.c. ¿?) – Situación que tiene como consecuencia la pérdida del enclave minero de Malatya por parte de Hatti y obliga al rey a proveerse de metales conquistando  Alasiya (Chipre), a la vez que  procura levantar , con el apoyo de Amurrú, un bloqueo económico para impedir que  los navíos de Ahhiyawa (aqueos)  comercien con Assur – El hijo de Tuthaliya,  Arnuwanda III (1209-1207 a.c.), muere sin dejar descendencia, siendo con la subida al trono del hermano de Arnuwanda, Suppiluliuma II, cuando se escriben las últimas letras del gran imperio del «País de Hatti», hablamos de los primeros decénios del siglo XII.

Reinos neo-hittitas. 900 a.c. aprox. Map extracted from English Wikipedia (Ampliar)

Reinos neo-hittitas (1100- 700 a.c. aprox.) La caída del imperio no supuso el fín de la civilización hittita. En las «Tierras Bajas» del sur de Anatólia, el rey Hartapu – descendiente de Mursili III -, mantuvo un reino con capital en  Tarhuntassa. En Karkemish y Malatiya se mantuvieron las dinastías descendientes de los hijos del gran Suppiluliuma I, pasando la primera a ser capital de un reducido reino hittita compuesto por las antiguas conquistas imperiales del suroeste anatólico y Siria del norte, hasta que la ciudad cayó en manos asirias en el año 717 a.c.. Por otro lado, una serie de ciudades-estado y pequeños reinos mantuvieron el mundo hittita en el este y sureste de Anatólia, cuya población estaba compuesta por hittitas, hurritas y semitas,  aunque su lengua era una variante del luvita, plasmada sobre escritura jeroglífica. Estos reinos mantuvieron alguna estabilidad en el tiempo, pero terminaron sucumbiendo finalmente ante el resurgimiento y poderío de lo que sería el gran imperio asirio-babilónico.

Las causas de la caída del imperio a comienzos del siglo XII fué provocada por varias crisis  y hambrunas, con los consiguientes movimientos de poblaciones,  que afectaron a toda la zona del Egeo y Asía anterior. Micénas  y otros centros «aqueos» fueron destruidos y los puertos de la costa siria saqueados. El desplazamiento de los ekewesh – nombre dado por los egipcios a los aqueos – en alianza con otras razas de navegantes, llamados en su conjunto por los egipcios como «pueblos del mar», intenten invadir el delta del Nilo y sean rechazados penósamente por Ramsés III, siendo por éstas fechas cuando Suppiluliuma II se enfrenta también al mismo enemigo en Chipre. Pero en el caso de los hittitas,  son los keskesh y otros pueblos de las montañas del norte de Anatólia los que precipitan la caída del imperio, siendo razonable pensar que la presión migratoria ejercida por determinados pueblos europeos también contribuyera al colapso final ó debilitamiento de los antiguos centros de poder y al nacimiento de un nuevo planteamiento geopolítico para los territorios donde surgieron las más antiguas civilizaciones occidentales.

Referencias:  «Textos religiosos hititas; mitos, plegarias y rituales» José Virgilio Garcia Trabazo (2002)