Los babilonios. La dinastía amorrea y el reino de Khana.

Con la llegada al trono de diferentes ciudades mesopotámicas de los amorritas, – amorreos o amurrum, término acádico que significa “hombres procedentes del oeste” – en un contexto de decadencia generalizada de la sociedad sumerio-acadia, representada por los asentamientos en el curso bajo de los ríos Tigris y Eufrates, el eje de la preeminencia mesopotámica gira hacia determinados antiguos enclaves o encrucijadas comerciales en la periferia del  póstumo imperio de Sumer y Akkad. Así, fundamentalmente, ciudades como  Mari, Assur y Babi-ilani,  junto con la aparición y expansión de las nuevas potencias de soberanía indoeuropea en la península anatólica, representarán junto  con Egipto,  alternativamente y por zonas de influencia, el futuro mapa del poder en Oriente Próximo durante el periodo medio-final de la Edad del Bronce hasta finales de la Edad del Hierro. Fue sobre éstas premisas,  cuando el fundador de la I dinastía, el amorrita Sumuabum, 1894-1881 a.c., proclama la independencia de la ciudad de Babi-ilani.

La nueva  atomización de los estados mesopotámicos, fruto del reparto amorrita, hace que Babilonia en sus primeros momentos no parezca disponer de un extenso territorio, – si bien la ciudad de Kish parece haber estado bajo su influencia, así como los enclaves Dilbat, Sippar y Kazallu – y por lo que debemos de suponer que la labor de los cuatro monarcas siguientes, 1880-1793 a.c., – Entre ellos, todos grandes urbanizadores, podemos destacar a Sabum I, 1884-1831 a.c. responsable de la construcción del templo de Esagila en honor al dios Marduk – estuvo dirigida a consolidar el estado dentro de un juego de alianzas y correlaciones que se enmarcaban dentro de las disputas entre los reinos de Isin y Larsa por el control del «País de Sumer» –  En principio Babilonia, junto con Uruk, se situaron en la órbita de Isin , para mas tarde  terminar  adquiriendo una función de «contrapeso» político norte-sur ante el auge asirio. Papel que se incrementó ante la anexión definitiva  de  la ciudad de Kish, así como los enclave de Borsippa, Dur-Apil-Sin y Gudua – .

La llegada al poder del sexto componente de la dinastía, Hammurabi/Hamu-rapi o Ammu-rapi, 1792-1750 a.c.,  supuso un punto de inflexión en el entramado geoestratégico mesopotámico.  La ciudad de Larsa, junto con su último gran monarca Rim-Sin I , cayó en 1763 a.c.  en manos babilonias  en el año treinta y uno de su reinado- Es de reseñar que anteriormente Rim-sin I, 1822-1763 a.c., había derrotado a las ciudades de Uruk e  Isin, anexionándose la Baja Mesopotamia.  Si bien la posición del monarca de orígen elamita al final de su reinado estuvo fuertemente comprometida por los reinos de Elam y Eshnunna,  así  como por Babilonia,  que  además «aislaban» a Larsa de las rutas comerciales a Mari (Siria) ,  Dilmun (actual Bahrein),  Meluhha,  (en la ruta hacia el valle del Indo)  o a los Zagros»ahogando» su economía. – Según Carlos G. Wagner, la labor de unificación en Mesopotamia realizada por Hammurabi distó mucho de ser una empresa fácil, por el contrario , el nuevo imperio no cristalizaría hasta pasados treinta años en el poder de un soberano que llegó al trono muy joven, mientras que el resto de su oponentes, aunque prestigiosos, – Samshi-Adad I de Assur, Rim-Sin I de Larsa y Daduscha de Eshunna – comenzaban a entrar en su declive.  En los primeros años de su reinado, Hammu-Rapi, dedicó su atención a su frente sur, Larsa, y ya en este primer decenio había arrebato las ciudades de Isin y Uruk a Rim-Sin, sometiéndola a su criterio político y militar. En los años siguientes luchó en Emuthal y Malgium – Reinos situados al este del curso medio del Tigris – y conquistó Rapiqum y Shalibi aprovechando tanto la debilidad de Assur como de Eshunna – Situación que compaginó con el apoyo, en un primer momento, a Zimrilim en su retorno el poder de Mari en detrimento del hijo  de Samshi-Adad, Ishme-Dagan, 1791-1742 a.c. – Sucesivamente, y a partir del año treinta y dos de su reinado, Ammu-rapi, se anexiona Eshunna, en el treinta y tres derrota a  Zimri-Lim de Mari – ciudad que destruye en el 1757 a.c. ante una sublevación de su antiguo aliado – y da colofón a sus campañas entre 1755 y 1754 a.c. con expediciones a Assur y Elam con el fin de debilitar a estos reinos y evitar, en  un futuro, incursiones sobre sus fronteras.  La nueva unificación de los antiguos reinos de Sumer y Akkad por el soberano babilonio  estuvieron cimentadas sobre una política de alianzas. Alianzas que en todo momento dependieron, en la inteligencia, del sesgo político de la evolución política y militar de los estados en litigio.

« No existe ningún rey que, por si mismo, sea el más fuerte. Diez ó quince reyes siguen a Hammurabi de Babilonia, el mismo número sigue a Rim-Sin de Larsa, y el mismo al rey de Eshnunna..»  Pasaje de carta de Hammurabi a Zimri-Lim. Archivos reales de Mari.

A la muerte de Hammurabi, el reinado de su sucesor Samsu-iluna, 1749-1712 a.c., hace recordar los mismas premisas que permitieron a su padre establecer su imperio.  Babilonia tras un esfuerzo de  más de cuarenta años está exhausta económicamente. Aún así, durante los primeros años de su reinado, el soberano babilonio tuvo que hacer frente a un intento de proclamación de independencia por parte de Rim-Sin II –  nieto de Rim-Sin I – en Larsa,  así como de Eshunna donde el antiguo gobernador de Hammurabi, Iluni, trató de desgajar su provincia de imperio.  Sin bien es cierto que estos levantamientos fueron radicalmente sofocados y su cabecillas, tiempo después, ejecutados.  Más es en el  sur, como se demostró posteriormente, es donde decididamente peligraría la integridad territorial babilonia. Una sublevación encabezada por un supuesto descendiente de la dinastía de Isin, Iluma-ilum, en el sur mesopotámico – Iluma-ilum,  fundador de la I dinastía mesopotámica del «País del Mar», nombre con el que empezó a conocerse a las ciudades costeras del Golfo Pérsico y territorios anexos. De orígenes difusos, se autoproclamaba descendiente de Damiq-ilusu, último rey de Isin – supuso el primer paso para caída del imperio creado por Hammurabi. Al tiempo, Samsu-iluna, reivindica la destrucción de las murallas de Isin y de todas las fortalezas del valle del Diyala. También alardea de haber reconstruido, tras su victoria, las murallas de Ur, Sippar y Kish, aunque la historia nos relata que el sur permaneció , tras las refriegas, independiente bajo la dinastía encabezada de Iluma-ilum,  a la vez que cortaba los accesos al mar de Babilonia.

« Samsu-Iluna, el poderoso rey, el rey de Babilonia, el rey de Kish, el rey quien recibe el reconocimiento de las cuatro esquinas del mundo, el rey quien masacró siguiendo las instrucciones de En-lil a todos esos que le aborrecían, el garante de los favorables designios y dádivas hechas por Inanna, quien maniató a todos aquellos que se apartaron de él,  (y) quien hizo desaparecer a esos mismos demonios de la tierra. Quien trajo la brillante  luz del día a numerosa gente, el más insigne heredero de Hammurabi, el soberano que extendió el país. El rey que subjugó el País de Idamaras, quien demolió todas  las fortalezas de Warum que se habían revelado contra él, quien apuntó en los anales su victoria, quien puso de manifiesto su poder, quien liberó ,pasados dos meses, al pueblo del País de Idamaras quienes habían sido capturados como botín (y) tomados como prisioneros de las tropas de Eshnunna en su igual número.  Quien tuvo que tomar esta decisión para salvar sus vidas , quién levantó varias fortalezas del País de Warum que habían sido destruidas, quien reunió y  reubicó a la gente, a quienes devolvió a sus pueblos – al mismo que tiempo, con la intención de averiguar de esas personas  quienes vivían  en las orillas del río Turul ó el río Taban, en paz…» Pasaje de la comemoración de la fortificación de Dur-Samsu-Iluna. COS 2, 108. siglo XVIII a.c. Khafajah.Iraq

Una de las posibles razones de las derrotas babilónicas  – la otra es  su intento de mantener la posesiones septentrionales del imperio: Mari en el Eufrates Medio , Saggaratum en el curso del Khabur , así como en Amurrum en el occidente – en el extremo  más meridional  del imperio se debieran a las incursiones de un nuevo participante en los avatares mesopotámicos, los kassitas, – Los kassitas se supone que son pueblos nómadas procedentes de la meseta iránia que penetraron en Mesopotamia cruzando los Montes Zagros y que avanzaron hacia Babilonia a través del Valle del Diyala – aunque ya en el primer decénio de su mandato y   según los anales , Samsu-iluna,  ya tuvo que combatir en el 1721 a.c.,  con un tal Yadikh-Abu que parece ser el predecesor, si nó participe,  de una dinastía kassita que dominó desde Terqa el Eufrates medio y la cuenca baja del Khabur: El reino de Khana.

Los siguientes reyes de la dinastía amorrita, Abi-Eshunk, 1711-1684 a.c., Ammi-Ditana, 1683-1647 a.c. y Ammi-Saduqa, 1646-1626 a.c. – que nos proporciona una visión administrativa de Babi-ilani durante su reinado y en  el que aparecen los distritos de Numkhia, Emut-Bal/Larsa, Idamaras/Eshunna, Isin, Uruk, Kisurra y Malgum – no aportan una relevante información geoestratégica. Parece ser que Abi-Eshunk todavía luchó contra el «País del Mar» y con los kassitas, infructuosamente,  dentro de un contexto propio  económico extremo. Situación que derivó en un «statu quo» dentro  del estado  de degradación  del imperio babilónico. Los acontecimientos posteriores hablan que posiblemente desde Khana, los kassitas siguieran presionando las fronteras del imperio amorrita, si bien parece que no consiguieron  una derrota definitiva.–  ante la evidencia de la continuidad dinástica con Samsu-Ditana y su llegada al poder en el 1625 a.c. – . Derrota que paradógicamente caería en el haber del reino hittita de Mursuli I en el año 1595 a.c. y que seguramente fue fruto de una alianza – sustentada sobre el hecho del abandono de Babilonia por los hittitas tras su saqueo – hittito-kassita ante la amenaza que suponía para ambos el reino hurrita de Hanigalbat tras sus conquistas en el «País de Shubartu» y que permitió a los kassitas, tras ocupar una devastada Babilonia, fundar su propia dinastía.

Referencias:

«Babilonia» Carlos G. Wagner (1988)

«El antiguo Oriente. Historia, Sociedad y Economía» Mario Liverani (1995)

«Old Babylonian Period inscriptions» from Frans van Koppen  in «The Ancient Near East. Historical sources in traslation» (2006)

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