El Antiguo Testamento. Dos religiones: Del politeísmo al monoteísmo

Ya no resulta inusitado que un avezado  lector de los escritos del Antiguo Testamento pueda llegar a la conclusión que en el relato bíblico existen, posiblemente, dos religiones diferenciadas.  Una que, en la vulgaridad, podríamos denominar politeísta y que vendría definida por los libros pertenecientes a la tradición hebrea y a la  posterior ordenación sacerdotal del Templo – tal vez mas dispersos y recogidos en los primeros cuatro libros de Moisés –, y una segunda , que quedaría plasmada en los textos y pasajes que se adscriben a la redacción deuteronómica, con una tipología monoteísta.

Tablilla neobabilónica donde se refiere  la cautividad del rey hebreo Jeconías y sus hijos por el rey  babilónico Nabu-kudurru-usur II. Siglo VI a.c. Pergamonmuseum. Berlín

Presentado en algunas entradas anteriores,  las premisas politeístas  del Antiguo Testamento vienen atestiguadas por un dios supremo que difícilmente se diferencia  del prototipo general de los panteones sirio-canaanitas y mesopotámicos del II milenio a.c. –  así lo atestigua el hecho que buena parte de su estructura principal esté basada en una mitología clásica babilónica adaptada a las creencias semíticas hebreas – De ésta guisa, disponemos de una deidad creadora del mundo y de los hombres, fertilizador de cosechas y ganados, dominador de los elementos y el que determina el destino de los hombres como juez  e imputador de penas hacia su personal desagravio y cuyas señas se  fructificarán  tras su evolución desde sus anteriores posiciones panteístas, como componente de una jerarquía divina,  a la de figura principal de un henoteísmo de carácter nacionalista.

>« …Ninurta es el  Marduk del azadón; Nergal es el  Marduk de la batalla; Zababa es el Marduk de la contienda;  Enlil es el Marduk de la majestad y del consejo;  Nabu es el Marduk auditor; Sin es el Marduk que ilumina la noche; Shamash es el Marduk de la Justicia; Adad es el Marduk de las lluvias… » Pasaje de himno a Marduk, (CT 24, 50, BM 47406, obverse) Periodo Neo-Babilónico. 1156-539 a.c.

Ésta tendencia al henoteísmo nacionalista, y del que se tiene constancia en otros religiones del antiguo Oriente Próximo, es consecuencia de una evolución política, y por tanto religiosa, que es constatable a partir del II milenio a.c. – debemos considerar que partimos de temporalidades históricas donde la organización social estaba íntimamente relacionada con la estructura productiva templaria y sus los dioses patronales – , desembocando en una religión que exalta la inclusión del hombre en un hecho político unitario y exclusivista definitorio. Así, en el caso israelita, – es a partir de siglo VIII a.c.es cuando ya podemos hablar con propiedad de ese concepto etnológico  ésta religión «monoteísta» se situaría radicalmente en contra del resto de las religiones de su entorno, a la vez que exige una veneración a un «dios verdadero» vinculado, biunivocamente, a la pertenencia de una determinada realidad socio-política que pudiera ser mas grande, mas pequeña ó incluso inexistente, como Estado, pero estrictamente hebrea.

« (93) el que pisoteó sobre la sangre (ofrenda) (94) (y) usó la misma (ofrenda) cuando ya estaba ofrecida, (95) el que comió lo que era impuro en su ciudad, (96) el que  reveló (al extranjero) los asuntos de su ciudad, (97) el que dió mala reputación a su ciudad. » «Extracto de los pecados contra los dioses»  Series Shurpu babilónico-kassitas. Tablilla II, 1571-1156 a.c.

Otro hecho diferenciador entre las posibles religiones primarias y secundarias adscritas al Antiguo Testamento, entendiendo por primarias las religiones politeístas es el «hecho interpretativo» de las lecturas sagradas.. Así J. Assmann, nos refiere que los textos templarios,  los rituales, no son hermenéuticos , mientras que en las lecturas secundarias ó monoteístas si lo son. En entradas anteriores definimos tal bibliografía sacerdotal como «organizativa«, es decir manuales que sirven como base del culto al Templo – considerando como «culto» tanto las labores afectas a su liturgia templaria, según las entendemos actualmente,  como las  dirigidas a coordinar sus antiguas fuertes facetas económicas – y por ende como explicación de la ubicuidad del hombre dentro del orden divino que era la Naturaleza – integración que consistía en la obligación de un servicio sin solución y sin defecto a los dioses, ante su castigo en el incumplimiento- , mientras que las secundarias están dirigidas a ser interpretadas y estudiadas a fin de  cumplir una función de guía vital que invita a la liberación de las obligaciones hacia este mundo, donde la voluntad y la verdad de dios, como compromiso aceptado libremente, están reflejadas en sus leyes divinas. Dicho esto, existe todavía un matiz más primordial en las diferencias entre ambas formas religiosas y que estriba en su faceta excluyente e intolerante. De este modo, las  religiones secundarias hablarían de «religión verdadera» y «religión falsa» por lo que pudieran ser definidas como  religiones que repudian otras teologías por «paganas» y resultan intransigentes hacia quienes planteen alternativas ó pongan en tela de juicio sus creencias   – Hablando de una «autoexclusión», incluso podríamos añadir el adjetivo «segregacionista», en el contexto  original de la religión hebrea – mientras que las religiones primarias por su misma estructura de creencias difícilmente pudieron serlo Éstos epítetos  hacia las religiones «monoteístas», que pudieran resultar repudiables por determinados creyentes,  son en definitiva el núcleo fundamental de su estructura de creencias y que se basa en dos conceptos básicos derivados uno de otro: «La Verdad Única»  y la «Fe», la primera como palabra divina revelada a los hombres y la segunda como fidelidad del creyente a esa palabra recibida.

« El (Ezequías, rey de Judá) quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y corto los símbolos de Aserah, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel…» 2 Reyes 18:4. Biblia Reina-Valera 1960.

Estas aseveraciones, en el caso de los cultos primarios,  tiene una base histórica que se fundamentaban en la «asimilación»  de unos panteones con otros –  De los extensos ejemplos pudiéramos entresacar la reorganización del panteón sumerio-acadio en las dinastías amorrita y kassita babilónicas – o se basaban en «tratamientos de paridad» .- situación representada en diversos tratados y convenios donde los dioses de las entidades firmantes figuraban como garantes, Caso del Tratado de Kadesh entre egipcios e hittitas – . Por el contrario el «monoteísmo» hebreo, si bien no ejerció un proselitismo religioso como tal, si nos habla que aunque el resto de los pueblos  tenían como opción adorar a los dioses que desearan,  ésta posibilidad no era aceptable para los considerados como propiamente hebreos, formando parte de ese principio de autoexclusión antes nombrado. Éste requisito – apreciándose de forma reiterada en pasajes, incluso, de los evangelios de los apostoles – avalado por su titularidad como «pueblo elegido» por dios y que  se  verá acompañado de un «sentimieno de pureza»  hacia sus  modos y costumbres, se constituirá como la premisa  fundamental en la  creación de un formato  social de carácter ultranacionalista – sentimiento que queda reflejado en los textos proféticos bíblicos -, afianzado, a su vez,  sobre la prohibición de considerar, al respecto,  cual quier otra fuente idearia que no fuera la propia ó que pudiera ser considerada como de origen extranjero – tema éste tal vez inexacto ante la evidencia de la incorporación de preceptos mazdeístas durante los episodios Macabeos, 164-63 a.c, si bien estos fueron cismáticos –. Estos preceptos teológicos, como antes hemos intentado señalar, tienen un origen social  y cuya explicación posiblemente se pueda entender tras la valoración de los avatares del pueblo judío desde su unificación, intento de consolidación y posterior diáspora.

« No vayáis á (por) camino de gentiles, ni entréis en las ciudades de los samaritanos: Más id antes á (por) ovejas que perecieron de la casa de Israel » Mateo 10, 5-6. Biblia Vulgata Latina.

Tal vez, si bien Assmann lo niega, el Antiguo Testamento y parte de los Evangelios, y su consideración como «religión del libro»  se como consecuencia de esos mismo hechos tortuosos de la historia hebrea. Assmann, como creyente,  aduce una «revolución» dentro del Antiguo Testamento y por ende del pensamiento teológico hebreo. Yo hablo de diferentes pasos desde una teología henoteísta y nacionalista,  de general en el Antiguo Oriente Próximo, en el I milenio a.c., a un proto monoteísmo bíblico como consecuencia de la imposibilidad de mantener en el tiempo unas mínimas condiciones que sostuvieran  una organización social templaria, a derivar, en similitud a los mismos provocadores de esas vicisitudes – Y aquí podríamos nombrar a babilonios y seleúcidas, sus conquistadores orientales, y su demolición ó intento de sometimiento sobre el Templo de Jerusalem y que no en pocos caso fue consecuencia de esos mismo rasgos intolerantes en que se basó su ideario nacionalista. Así pues,  el mismo formato bíblico es una respuesta a estos mismos acontecimientos de lucha contínua por la nacionalidad político-religiosa. Existen dos pasajes bíblicos que pudieran ser alegóricos para estas circunstancias:: Uno, el supuesto descubrimiento de una «Sepher Hattorah» ó «Libro de la Ley», escondida, durante la reconstrucción del Templo de Jerusalem por Josiah, 640-609 a.c. y dos,  los castigos por la posesión de la Torah durante la época seleúcida, 175-163 a.c.; incluso el hecho préclaro de la permanencia de diversas traducciones de la Torah durante la Antigüedad  – y que son fruto de la diáspora, caso de la Septuaginta griego-egipcia ó la babilónica –  siendo éste un medio, el escrito, de mantener esa cohesión nacional, así como las exigencias tanto de  la Verdad Revelada como de la Ley, y que por obligación tendrían ese componente interpretativo ante la ausencia, ó la intermitencia, de un referente templario y cuya resolución organizativa conduciría al judaísmo rabínico.

Lo que parece evidente es que en el Antiguo Testamento no tiene ningún componente de universalidad, dado al monoteísmo cristiano por Pablo de Tarso, aunque sea participe fundamental de sus lecturas y prédicas  – si bien es de notar que  el judaísmo monoteísta tiene su propia «vertiente global» con la llegada de una era final mesiánica y de cuyos preceptos, hasta su advenimiento,  serán ellos los «guardianes» y protectores – así como que tampoco sustenta ese principio de «intolerancia hacia lo pagano» que tienen las otras religiones monoteístas del libro.

Referencias:

«La distinción mosaica o el precio del monoteísmo»  Jan Assmann (2006, para la edición hispana)

Imágenes:

http://www.livius.org

Del Neolítico a la Edad del Bronce: Jefatura y sacerdocio. Evolución.

Resulta difícilmente cuestionable que el origen de los cambios sociales y económicos  que propiciaron el Neolítico no se fundamenten en una variable ecológica. Variable que surge a partir de los últimos episodios  de la transición entre la glaciación de Würm  al  Holoceno y que propicia una necesidad adaptativa de las anteriores «culturas de depredación» mesolíticas, 12000-10000 a.c., ante la desecación de grandes áreas en virtud del progresivo cambio climático en ciernes. Esta obligada evolución cultural humana dará comienzo, en el caso de Oriente Próximo, con las culturas natufienses, que irán unidas a unos nuevos comportamientos humanos en su relación con la Naturaleza, y que tendrán su inicial transformación con  primitivas técnicas dirigidas a favorecer el crecimiento y expansión de determinado tipo de gramíneas, mediante un primitivo método de selección. A continuación, entre 8500- 7500 a.c. aprox., se desarrollan los primeros ensayos de cultivos masivos y  domesticación  de animales en el Neolítico pre-cerámico A, desembocando en el periodo comprendido entre el 7500-6500 a.c. con el pre-cerámico B y donde ya aparecen la primera agricultura y ganadería extensiva. La proyección de ésta nueva condición social humana, ya con un carácter aldeano – En el Precerámico A se abandonan los asentamientos en cuevas y hábitat similares –, verá su culminación con su expansión hacia la cuenca del Tigris, la península Anatolia, el altiplano iraní y  Montes Zagros.

Un primer acercamiento a estos comportamientos diferenciadores, y a las nuevas propuestas sociales basadas en las anteriores premisas,  serán determinantes en las próximos acontecimientos vitales de la Humanidad. Si bien,  habría que apuntar que tales soluciones finales agropecuarias fueron el término de otras  experiencias vitales alternativas que convergieron. Esta hipótesis podría invitarnos a pensar en la posibilidad de una domesticación de animales anterior a la consecución de la agricultura, ya que esta última tuvo una primera fuerte necesidad de terrenos seleccionados y adecuados a los diferentes cultivos, así como  un  progresivo valor mínimo en la productividad, que viene condicionado por la posesión de diferentes aspectos del conocimiento – aspectos que condujeron al desarrollo de técnicas como el «barbecho»,  la utilización de abonos orgánicos o el diseño de nuevas herramientas, etc. –  que, en mi opinión,  deben ser valorados, aunque, como señala Eiroa, éste hecho tampoco desvirtúa la compleja presunción que se tiene a cerca de los inicios de la ganadería.

Pero lo que realmente,  y desde el punto de vista social, generalizó e innovó el Neolítico fue la necesidad, dentro de la vida aldeana, de una especialización y organización de los trabajos  – La sedentarización tecnificó la sociedad impulsado la creación de oficios, por ejemplo la construcción de viviendas –, si bien este proceso,  que quedará más definido en el periodo posterior, tuvo un desarrollo lento que duró aproximadamente 3000 años. Ésta especialización y organización, que se traducirá en un incremento de la productividad –  fruto de la necesidad de obtener mas recursos como consecuencia del aumento de la población –,  y que según la «teoría ideológica», J. Cauvin (1994), situaría a los pobladores neolíticos ante la tesitura de una  «necesidad de incentivo»  hacia esos nuevos formatos sociales. Situación que se resuelven mediante la adopción de nuevas «adaptaciones psicológicas» , y que se sostienen sobre una nueva concepción del «hecho divino»,  bien mediante la creación de nuevas entidades deíficas – caso del yacimiento de la aldea de Ain Ghazal en Jordania, 7250-6000 a.c. donde aparece un culto al dios del ganado – ó bien  mediante la modificación de los antiguos rituales y mitologías – diosas de la fecundidad de carácter agro-pecuario, Tell Halula en Siria, 8700-7400 a.c.  – Reestructuración de creencias que conllevará el reforzamiento de determinadas autoridades de carácter mundano..

Durante el Calcolítico,  a partir del VI milenio a.c aprox,  el nivel de desarrollo cultural permite una utilización sistemática y diversificada del medio, una organización social mas compleja, en las que se entrevén jefaturas políticas y ya un cierto grado de estratificación social que irá aumentando con el paso del tiempo. Se afianza la vida de poblado con un modelo protourbano –  si bien de forma paulatina y localizada que conducirá, en Oriente Pŕoximo, a las ciudades-Estado mesopotámicas, 3800 a.c., y al Egipto pre-dinástico, 3600 a.c.- , se amplía la especialización en la fuerza de trabajo, y se generalizan aspectos de carácter ideológico y religioso. Situados en este momento temporal, la pregunta sería ¿Cual fue el detonante del paso de las aldeas neolíticas de carácter esencialmente agropecuario a las primeras ciudades en las que se centralizaban actividades de toda índole…? La respuesta, tal vez, y más propiamente resuelta, se encuentre en el núcleo fundamental de las ciudades mesopotámicas: El templo ó lugares de culto.

Hemos apuntado anteriormente que  como consecuencia de la necesidad organizativa a que predispone el asentamiento y arraigo de las poblaciones humanas neolíticas, se produce, en paralelo, un cambio en las creencias. Estas creencias van acompañadas de unos rituales que, en caso de las religiones primarias y a semejanza de los rituales paleolíticos, van acompañados de un fuerte componente de recordatorio en el conocimiento heredado – regulando multitud de aspectos económicos y de comportamiento social – y cuya base teológica se sostiene en una misión general:  La explicación de la organización del mundo y el «acomodo» vital  del hombre en el orden divino de la Naturaleza. (J. Assmann, 2003). Religiones que, en definitiva, exigen «el sacrificio», la  autoinserción en las diferentes liturgias organizativas,  y, por ende, la obligación de sustentar «ese mundo». Si a esto unimos el carácter punitivo divino que estas creencias poseían sobre el incumplimiento de tales rituales – castigos de los dioses que condenaban a hambrunas, enfermedades, conquistas,  etc -,  encontramos una llave que asegura la aceptación, por parte de la fuerza de trabajo, de menesteres y obligaciones comunales e impulsará a los «custodios» de tales rituales, los sacerdotes, a la jefatura de los asentamientos. Situación que vendría acompañada por la pérdida de peso decisorio, ante el incremento poblacional y procedencia, de pretéritos conceptos de autoridad como pudieran ser los jefes familiares ó de aldea, de clanes u otras paralelas jerarquías tribales anteriores ó bien serían estos mismos, como evolución de  esos mismos aspectos sacramentales de origen mesolítico – Entre las obligaciones o funciones de  los jefes de las familias y clanes  es posible encontrar la religiosa – , quienes posiblemente asumirían tales roles (Lara Peinado,1999)

Ya en la Edad del Bronce,  a partir de finales del IV milenio a.c. aprox., es donde se producen los cambios más significativos en los aspectos sociales y económicos con respecto al periodo anterior – cambios que vendrán marcados por un desarrollo de la  metalurgia y que se verá reflejado en la metodología de explotación de los diferentes recursos  económicos – y que se reflejan en unas jefaturas donde el incremento de las diferencias sociales resulta manifiesto  como consecuencia de la acumulación de riquezas y la concentración de poder desarrollándose  una progresiva estratificación social y que está fuertemente condicionada a su relación con el templo. Aquí hemos de recordar que en la época de las teocrácias mesopotámicas, el templo no era sólo un centro religioso, si no también un centro económico cobrador de impuestos, administrador de tierras y  esclavos,  y que formaba parte del circuito comercial de mercancías. También realizaba préstamos dinerarios y, como una práctica habitual,  ofrecía en arrendamiento tierras de cultivo a campesinos ó mayores propietarios. Hasta tal era así que podemos decir, sin temor a equivocarnos,  que junto al palacio, y en función de la época,  ya sea juntos o por separado, poseyeron, ó  controlaron,  la mayoritaria parte de las  actividades económicas de las ciudades mesopotámicas.

Cara de los «poderes del templo». Estandarte de Ur, 2600-2400 a.c aprox.. British Museum

Una concreta información en los escritos mesopotámicos  de las características de los rituales y culto a los dioses  no ha sido posible de obtener, por ahora,  sin embargo  disponemos de una idea aproximada de la composición de tales liturgias. Rituales que ,progresivamente, englobarían la reglamentación ó ritos de las actividades y organización de los templos fruto de anteriores procedimientos. Así en éstas se describiría los procedimientos principales   débitos al culto del dios; los ritos de purificación de los diferentes templos; así como la regulación de los propósitos de cada uno de los servidores, y  por tanto de los servicios, que el templo proporcionaba y que iban desde procesos de exorcización demoníaca hasta la  elaboración de productos artesanales, concluyendo  con las pauta a seguir en las labores de enseñanza de  las distintas ocupaciones que englobaban las prolijas actividades templarias.

Otro aspecto social a tener en cuenta, en estos estadios evolutivos,  es el incremento de la «conflictividad» entre los grupos humanos.– hasta el punto que se conocen aldeas amurallas, caso de Jerico, actual Israel, datadas en el 8300 a.c. – y que en el caso de las ya ciudades-estado mesopotámicas hace conceder cada vez mayor protagonismo a una nueva institución: El Ejército. Ejercito que  en los primeros momentos no fue un cuerpo permanente, pero que en el caso sumerio  se le conoce, como mínimo, una estructura definida ya desde el Periodo Arcáico, 2900 a.c. aprox., dadas las contínuas luchas entre ciudades vecinas – ejemplo documentado son las luchas entre Umma y Lagash por el control de la llanura de Gu’edenna – y que  elevó a determinados líderes guerreros – como consecuencia de la cesión de forma temporal del poder civil en situaciones excepcionales –  al status temporal del «lugal» o  jefe civil. Situación que en algunos casos derivó en la creación de «monarquías militares»  como sistema político, y ya con dinastías hereditarias propias – al igual que sucedía con las castas templarias de los sumos sacerdotes y acólitos –, caso de la ciudades de Uruk, Kish y Lagash. Si bien esta opción no fue generalizada, si es cierto que el jefe de la ciudad , como representante de la divinidad – «en» sumerio, y que personifica a la perfección las  hipótesis anteriormente plasmadas – fue progresivamente tomando un carácter bicéfalo que se conoce también desde la Epoca Arcáica,  pero que siempre estuvo bajo la «tutela de las divinidades» y su ritual organizativo.

Cara de los «poderes civiles» Estandarte de Ur. 2600-2400 a.c. aprox. British Museum

Referencias:

«Nociones de Prehistoria general» Jorge Juan Eiroa (2000)

«La Mesopotamia Arcáica: Sociedad y Economía en el amanecer de la historia» Nicholas Postgate (1999)

«La Civilización sumeria» F. Lara Peinado (1999)

Imágenes:

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El gnosticismo y sus influencias en el Islam

Dice la tradición del Islam sobre los hanifs, según refiere Ibn Ichaq, que durante un fiesta del sacrificio que hicieron los quraychíes a uno de sus ídolos, se separaron cuatro hombres de las celebraciones: Waraka ibn Naufal, Ubayd Allahn ibn Chahch, Ultmán ibn al-Huwayrit y Zayd ibn al Amr. Waraka se hizo cristiano (nazarita..) y adquirió mucho saber de ellos y  de sus libros; Ubayd Allahn permaneció en la duda e incertidumbre terminando por adoptar el Islam, pero emigrando a Abisinia  abrazó el cristianismo etíope  y en su resolución decía a sus anteriores hermanos en la fé: “Nosotros vemos claro, pero vosotros parpadeáis, como jóvenes perros recién nacidos”; Utman se sometió al emperador de Bizancio, se hizo allí cristiano (ortodoxo-sirio) y obtuvo un puesto honroso cerca del emperador; Zayd no se hizo ni judío, ni cristiano y se abstuvo tanto del culto a los ídolos, como de la carne a ellos sacrificados,  censurando a su pueblo por el falso culto . Cuando oraba en la Caaba, decía: “Dios mío, si yo supiese que forma de adoración te es más cara, la elegiría, pero no lo sé. Del él dijo el profeta Mahoma: “Zayd resucitará el último día como una comunidad por sí sólo..”

Esta alegoría ó parábola dicta la disyuntiva religiosa en el ámbito árabe pre-islámico en su llegada al henoteologísmo a partir de sus primitivas creencias politeístas, así como la evidente influencia de las diferentes corrientes religiosas de Oriente  y que pueden ser resumidas en la fé del profeta  Mahoma en el concepto de Juicio Final, la eterna sanción de las faltas cometidas y la necesidad de la “revelación” de un “libro sagrado” específico para su pueblo a semejanza de “los pueblos del libro” judeocristianos.

En Oriente, y expecíficamente en la Siria, la incipiente cultura griega se encontró con el culto astral babilónico y la mitología persa, y es en este tiempo donde numerosas sectas religiosas y teorías filosófico-religiosas empezaron a expandirse hacia el oeste llegando incluso a las primitivas comunidades cristianas de Palestina – regiones al este de Jordán donde se habían retirado tras la destrucción de Jerusalem – donde tuvieron apreciable influencia. Así Epifanio declara que los ebionitas ó nozrim – llamados erróneamente cristianos primitivos.. -, afirman que Cristo era el primer “hombre celeste”. El “hombre celeste”, el primer Adam, había abandonado su existencia supraterrena, apareciéndose a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob..) y que en los últimos días, envuelto nuevamente en el cuerpo de Adam, apareció como hombre y fue crucificado, resucitó y subió a los cielos. Esta interpretación dió lugar a dos corrientes: La greco-judáica del Espíritu de la Sabiduría y de la Revelación que desciende sobre los profetas y habita en ellos; Y otra doctrina del Salvador orientalizada que desde su elevado mundo puede revelarse en ocasiones a los elegidos a través del “espíritu santo” (Un “espíritu santo” arameo de apariencia femenina..), pero que sólo dos veces ha venido realmente al mundo terrestre y cuya cabeza en el pensamiento es el profeta místico Elxaí (La “Fuerza oculta”, título religioso a semejanza de “Gran fuerza de Dios” que se dió el profeta samaritano, Simón Mago), que apareció en la región del Jordán oriental durante el reinado del emperador romano Trajano.

En las obras pseudoclementinas, – en referencia el obispo Clemente de Alejandría, padre de la iglesia católica romana – toda sabiduría y conocimiento del camino de la salvación lo ha comunicado Dios desde la eternidad al Cristo celestial y que a diferencia de los profetas, posee el don del “Espíritu” propio e innato que nunca se agota. Cristo como “profeta de la Verdad” es idéntico a Adam, por lo que afirmar que Adam ha pecado contra Dios es una falsedad. Según la doctrina de los “clementinos”, el Antiguo Testamento está falseado por profetas embusteros que habrían predicado las faltas y pecados de Adam, así como de los patriarcas, a la vez que envuelven a Dios en un halo guerrero y amante de los sacrificios sangrientos. Estas doctrinas de la “revelación” son seguidas de forma similiar por los secianos, por el gnóstico Justino (que incluye a Hércules entre los enviados por la “revelación”) ó el sirio Bar Daisán (antiguo sacerdote del templo de Atargatis) que enseñaba la aparición del Cristo a Abraham y a otros profetas mediante un cuerpo celestial/astral y que había hablado con ellos, hasta que finalmente vino al mundo tomando figura humana por medio de la Virgen María.

Un desarrollo obtuvieron todas estas ideas en Manes, el predicador y mártir que fue crucificado en Gundeshapur por el rey de Persia Bahram I en el año 276, y sus corrientes maniqueas ó zindiquíes. Según el historiador El-Nadin, Manes habia recibido la revelación del “Rey del Paraíso de la Luz” a los doce años. A la edad de veinticuatro años se le presentó el ángel Al-Tawwam ( “El acompañante”, palabra de orígen nabateo) y que según nos cuenta el escritor árabe Al-Biruni relata: “De tiempo en tiempo, han llegado enviados de Dios con la sabiduría y las obras piadosas. En una raza llegaron por medio del apóstol llamado Buda al país de la India; En otra, por medio de Zaratrustra, a Persia; En una tercera, por medio de Jesús, a Occidente. Estos profetas han llegado ahora en ésta, la mejor de la generaciones, por medio de mí, Manes, el apóstol del Dios de la verdad, a la tierra de Babel”. Además de los profetas señalados, Manes, reconocía también entre ellos a Adám, Set, Noé y Abraham. Una luz celestial, “el tercer enviado” ó “ vírgen-luz”, ha tomado figura en estos profetas o se ha revelado a ellos. Jesús, según la doctrina maniquea, no era un hombre, si nó que se trataba de una revelación terrenal del mensajero celestial, por lo que las afirmaciones de los cristianos en cuando se refieren el nacimiento, circuncisión, tentación en el desierto, etc. son falsedades que atentan contra su dignidad divina. El Jesús que crucificaron los judíos – al igual que proclaman tanto Basilídes como el Islam, – no era tampoco el Jesús celestial porque por su naturaleza no puede padecer. – El otro ser que tomó el suplicio es designado como un demonio en unos casos ó como el “Hijo de la Viuda” en otros y que Dios colocó en su lugar – . Vemos que Manes no limitaba la revelación a los varones bíblicos, por lo que esta idea – que adoptan igualmente justinos y secianos – transmite la suposición que la revelación fué hecha en diversos tiempos, a diversos pueblos y que por tanto las grandes religiones de Occidente, India y Persia encierran una única verdad y todos sus fundadores son enviados de Dios.

Estas ideas, – que todavía se encontraban en Mesopotamia en el siglo X – que fueron tan poderosas en el Asia central y cuya influencia se extendía desde los límites de China hasta el corazón de Europa, no eran seguramente desconocidas en una ciudad como La Meca – Los cronistas árabes indican que de Hira habian llegado a los lugares santos, zindiquíes – y en cuyas enseñanzas, Mahoma, vería la posibilidad del surgimiento de un último apostolado  que aunque gnóstico,  cupiera dentros de sus aspiraciónes a una independencia religiosa de judíos y cristianos.

Referencias: Tor Andrae, «Mohammed»

La Europa del año 1000 d.c.

En la Europa del año 1000 d.c., los escasos núcleos urbanos se restringían, en su generalidad, a residuos de antiguas ciudades romanas, siendo exclusivamente en la costa mediterránea donde podían encontrarse asentamientos de población a los que poder considerar como ciudades, y siempre con el permiso de las diferentes epidemias de peste…  La Europa fuera de éstos ámbitos se trataba una gran extensión de tierras semi-vírgenes o vírgenes, dado que la densidad total se podrían establecer entre un 20 y un 25% menor que la actual. Esta situación se va acentuando, según se avanza hacia las grandes cordilleras centro europeas o  se dejan atrás las riberas de los grandes ríos de las cuenca del “Mare Nostrum”, y cuya vista no se ve alterada salvo por algunas cabañas de campesinos o  los refugios de montaraces y cazadores.

Iglesia románica del antiguo Monasterio de Santa María de Obarra, siglo IX-XI. Estilo lombardo. Huesca (España)

El hambre es una constante en los pobladores de Europa y su satisfacción el designio diario,  Cada grano sembrado no procura mas de tres o cuatro de cosecha en el mejor de los casos, y sólo la esperanza de la siguiente primavera,  así como su natural provisión de alimento , es lo que permite pasar el duro invierno. Paradójicamente se puede hablar de “superpoblación” en los escasos asentamientos  humanos. Un hecho que fue consecuencia de los cambios  climáticos que desde hace algunos siglos permitieron recuperarse de los estragos de las diferentes pandemias que habían arrasado el mundo occidental y que supuso que la tierra, en ese momento cultivada, no pudiera mantener tal incremento de habitantes . El aumento de población había sido sucesivo desde la desaparición de la esclavitud romana, lo que ha llevado a los anteriores dueños patricios a permitir que  los campesinos vuelvan a establecerse en las antiguas haciendas ante la necesidad de roturarlas, en su abandono,  por la anterior falta de mano de obra – Situación que se ve compensada, además.., con la “protección” para almas y ganado que en estos tiempos convulsos  facilitan los actuales propietarios y que  suponen las premisas para un nuevo estadio social: El feudalismo – Por aquel tiempo habría comenzado una nueva repoblación de Europa, aunque todavía perduraba ese  místico respeto que las tradiciones célticas habían inculcado a los hombres sobre la grandes forestas, – Poblaciones extrañas y monstruosas poblaban la noche y los bosques – y que  se acentuaba en  lo  inadecuado de la herramientas en que se basó el intento de conquista.

Por aquellos días, húngaros, sarracenos y piratas normandos estaban devastando la cristiandad. Estas invasiones suponían las últimas que habría de conocer Europa en tiempos, aunque todavía las incursiones no habían terminado y son muchas las poblaciones arrasadas y las congregaciones monacales perseguidas. – Los monjes de Tournus, costas de la actual Normadía francesa, y debido al hostigamiento nordo, no concluyeron su éxodo hasta llegar al centro de las tierras de La Borgoña – Por otro lado, Jerusalem constituye el centro de un mundo, un mundo al que se considera plano, circular y rodeado de lo desconocido. La esperanzas y plegarias de la  humanidad cristiana se dirigen  hacia el lugar donde transcurrió la vida y muerte del redentor en sus creencias.  Mas la situación de Jerusalem es de cautiverio  en manos de los “infieles». Momento que es consecuencia de la ruptura de antiguo orden del Bajo Imperio Romano y cuya desintegración ha divido el mundo conocido entre el “Mal”, el Islam; Los semi-heresiarcas de una cristiandad en lengua griega y que derivaba hacia el cisma,  Bizancio;  y un Occidente latino romano.  Cristiandad latina que sueña con volver a la Edad de Oro del imperio  y que ya no estará representada por la ciudad de Roma, en esa época, marginal y semi-griega , sino por la capital del naciente Sacro Imperio Germánico: Aquisgrán.  Lugar donde había nacido y muerto el nuevo «César» de los francos del Éste, un pueblo nacido de la unión de la Galia y la Germania más romanizada,  el emperador Carlomagno.

Mapa político de Europa y Asia Oriental en el siglo X d.c.

En la Europa del año 1000 d.c.,  la realidad social y económica es lo que viene a denominarse como el «Feudalismo». Es decir, representa la impronta en que se deriva el  antiguo poder patricio en su adaptación a unos tiempos donde la fuente centralizada de éste ,  y que suponía la capital del antiguo imperio romano, ya no existe. La invasión de los paganos sigue siendo una amenaza y ante el temor que  tal circunstancia supone para el pueblo llano, los nuevos protectores sobreviven al rechazo  que siempre ha subsistido hacia ellos. El «Señor» a quién se rinde  obligada pleitesía es aquel cuyo defensa está allí, cerca –  Hasta el punto de socavar la autoridad del soberano en los casos de Italia,  Provenza y   Borgoña – y que vela por ellos, campesinos y pastores, en el refugio que representa el castillo y donde se puede encontrar abrigo y protección. Innumerables fortalezas se diseminan por todas partes, las primeras de tierra y madera, construcciones derivadas de las antiguas fortificaciones romanas temporales,otras ya de piedra , sobre todo en el Sur de Europa,  que en un principio constaban de una torre cuadrada y una empalizada. Plazas fuertes que eran a  su vez defendidas por «hombres de armas» y caballeros. Estos caballeros u “hombres a caballo” en compensación, unas fuerzas que estaban compuestas por alrededor de una treinta de guerreros por defensa amurallada, exigían un tributo de protección a los «plebeyos» que supuestamente se dedicaba a su manutención y armamento.  Aunque y como es de recordar,  las ordenes de caballería camparían por encima de la Europa de los campesinos,  pastores y  hombres del bosque,  practicando un comportamiento  que nunca dejó de ser duro, salvaje y aterrador, y que  en definitiva los asimilaba a un ejército de ocupación.

Desde los ojos de los hombres de iglesia, el infierno es un mundo visible y carnal, y que supuestamente refleja la realidad  del  mundo de la Europa del siglo X d.c.  Se trata de un mundo pervertido, invadido por el pecado y condenado, del que sólo la Iglesia y sus monjes  serán capaces de redimir. Como los castillos, los monasterios, son lugares de tutela. De igual forma que castillos, las abadías extraen la riqueza de los contornos  y  al igual que los castillos protegen del enemigo visible, los monasterios protegerán a los campesinos del  «enemigo invisible».  Situación que los campesinos aceptarán de buen grado porque el campesino medieval lo teme todo:   Temerá que llueva o que salga el Sol y en caso contrario, temerá que no lo haga. Según la regla benedictina, en la «iglesia alta» cumplían los monjes su labor específica:  El «Opus Dei», el «Trabajo para Dios»,  y que consiste en pronunciar en nombre de los demás hijos de Dios, las palabras redentoras de las plegarias desde maitines a completas, sin interrupción durante ocho horas, cantando gregoriano.  Es un canto de guerra contra los «ejércitos satánicos» que se han apropiado de este mundo donde el hombre había sido arrojado desde los jardines del paraíso  por sus pecados.

Referencias:

«Europa en la Edad Media» Georges Duby (1979)

Imágenes:

http://www.turismodearagon.com

juandoromero.es

Expansión y nacimiento de la agricultura

La difusión de la agricultura desde el Medio Oriente, donde se inició en el Neolítico, hace alrededor de 10.000 años, debió de producirse como consecuencia de la explosión demográfica que  esos mismos cultivos sedentarios produjeron. Esta nueva gran expansión  humana debió de comenzar alrededor del año 7.000 a.c., a partir de una zona comprendida entre los actuales Irak y Turquía. Fue una difusión muy lenta y gradual, aunque con zonas de especial incidencia y propagación como es el litoral mediterráneo ó el curso de los  grandes ríos centroeuropeos caso del Danubio, Rin y Elba y que se estima a un ritmo de un kilómetro anual, por lo que se considera que la llegada a ámbitos como Inglaterra, Dinamarca ó España se produjo alrededor de 4.000 años después. Estas aseveraciones están soportadas, entre otras.., sobre el comercio y tráfico de obsidiana, material escaso de orígen volcánico y que los agricultores utilizaban en sus instrumentos agrários. Así,  en su expansión desde la Anatolia hacia Grecia, lo extrajeron primero en las islas del mar Egeo y posteriormente en el sur de Italia dándonos una aproximación sobre los cursos que se tomaron en la colonización.

En la época de difusión de los campesinos neolíticos, Europa ya estaba habitada por los pueblos que se habían establecido en ella durante los anteriores 30.000 y 40.000 años  como producto de la gran  primera expansión del hombre moderno.  A estos cazadores-recolectores mesolíticos se les supone poseedores de algún tipo de agricultura primitiva, pero muy lejos  de la sofisticada economía que, para su tiempo, constituían los cultivos y la cría ganadera que aportaban los nuevos colonos anatólico- iraquies.  Considerando que la necesidad de roturar tierras, mediante el rozar de bosques.., es lenta, podemos suponer por tanto  que la convivencia y paralelismo de estas dos formas de vida debió de prolongarse en el tiempo e incluso darse en zonas donde los «mesolíticos» eran en un principio mas numerosos, como era el caso de las culturas magdalenieses del suroeste de Francia y norte de España.

Debido a que se estima que durante los citados periodos la densidad de población, en comparación con la de los cazadores-recolectores,  era probablemente entre un 10 y 50 veces superior, sobre todo en las zonas primigénias..,  esto tuviera como consecuencia que la práctica de la agricultura introdujera nuevas técnicas, y  cambios sociales, que permitieran un mejor aprovechamiento del terreno y la  posibilidad de sustentar un número más  amplio de personas. Estos nuevos estadios  acontecieron con relativa celeridad en Oriente Medio, donde surgío por primera vez en la historia del hombre una civilización urbana gracias a una serie de nuevas invenciones agrícolas, como el nuevo arado, la yunta de bueyes ó las canalizaciones para el riego, así como las selecciones de semillas, etc.

¿Como se llegó a agricultura..? Según la hipótesis mantenida por Cavalli-Sforza, es razonable pensar que en algunas zonas se creó una mayor densidad de habitantes, lo que puso en dificultades el sustento de la población local si se seguía con los métodos de caza-recolección. Probablemente esta «superpoblación» estuvo acompañada de cambios en las condiciones medioambientales, el clima se hizo más frío, y la flora y la fauna cambiaron. Estos dos factores pueden explicar porqué la agricultura empezó mas ó menos en la misma época en distintos lugares del mundo y en zonas donde, probablemente, se disponía anteriormente de un medio rico, y sobre todo de plantas, caso del trigo y la cebada.., y animales, caso del ovino.., más fáciles de cultivar y criar. Estas regiones fueron tres: Oriente Próximo, entorno al año 9.000 a.c. ;  Norte de China-Xian, entorno al año 7.000 a.c.; Mexico-Norte de los Andes, entorno al año 6.000 a.c. dando como origen a civilizaciones y culturas en torno a ellos: Trigo y cebada; Mijo y arroz; Maiz, patatas,etc.

Siempre todo ha pasado antes.

Referencias: «¿Quienes somos?  Historia de la diversidad humana» (1993) Luca y Francesco Cavallí-Sforza

 

 

El orígen de la vida… (recordatorio)

En 1953, un estudiante graduado de la Universidad de Chicago, Stanley Miller, cogió dos matraces, (uno contenía un poco de agua representando el mar primigénio; El otro con una mezcla de metano, amoniaco y sulfuro de hidrógeno en estado gaseoso que representaba a la primitiva atmósfera de la Tierra) los conectó con tubos de goma e introdujo unas chispas eléctricas como sustitutivo de los rayos. A los pocos días, el agua de los matraces se había convertido en un sustancioso caldo de aminoácidos (los «ladrillos de la vida»), ácidos grasos, azúcares y otros compuestos orgánicos. Estos experimentos tuvieron una gran repercusión social dando a entener con que facilidad se puede crear vida. El tiempo ha desmostrado que la cosa no es tan simple. Hoy, los científicos están bastante seguros que la atmósfera de la Tierra no se hallaba también preparada para el desarrollo de compuestos biológicos como el «estofado» gaseoso de Miller y su supervisor (El premio Nobel Harold Urey).

Revisiones posteriores de este experimento, con unas condiciones mas acordes con la realidad, no han conseguido crear mas que algunos aminoácidos muy básicos y aún con su consecución, se nos plantea el tremendo reto de conseguir proteínas. Las proteínas están compuestas básicamente de aminoácidos (En ser humano existen hasta un millón de proteínas diferentes) y tienen una ínsolita história (Desde el punto de vista de la estadística…): Las proteínas no deberían existir.  Un ejemplo: Para conseguir una proteína tan común como el colágeno hacen falta 1.055 aminoácidos colocados en una secuencia determinada que nos da un número de posibles combinaciones infinitas ó por ejemplo la hemoglobina, que con sus 146 aminoácidos, presenta un número de 10^190 posibles agrupamientos. Si a esto unimos que, para ser útil orgánicamente , su estructura final debe tener unas características de «plegamiento» específicas y más aún, si conocemos que las proteínas son incapaces de autorreplicarse, podemos tener una idea de la dificultad añadida.

¿Cúal es entonces la posible explicación para el orígen de la vida?

Richard Dawkins en el «relojero ciego» nos proporciona un acercamiento a la posible respuesta: «Evolución». Conocemos la posibilidad de crear aminoácidos en el primitivo ambiente de la Tierra y creemos en la existencia de algún tipo de proceso de selección acumulativo que permitió agruparse a los aminoácidos progresivamente en agrupaciones cada vez mas sofisticadas y que le proporcionaban algún tipo de mejora estructural. Un posible ejemplo nos lo facilitan determinadas agrupaciones de moléculas que tienden a formar «largas cadenas» denominadas polímeros, los azucares se agrupan constantemente para formar almidones ó incluso los cristales pueden hacer muchas cosas parecidas a lo que nosotros consideramos «la vida», como reproducirse, reaccionar a estimulos ambientales, adoptar formas simples ó complejas según una determinada pauta, etc., sugiriéndonos de forma insistente que la complejidad es un hecho natural, espontáneo y absolutamente fiable. (Ojo.., y esto es compatible con el segundo principio de la Termodinámica al no ser la Tierra un sistema cerrado; no vaya a ser que alguno se me venga arriba…) Tan poderosa es esta tendencia natural a la agrupación que muchos científicos piensan que la vida puede ser más inevitable de lo que pensamos ó en palabras del bioquímico y premio Nobel Christian de Duve «..una manifestación obligatoria de la materia..»

Todo esto nos lleva a que no hay demasiado «exotismo» en las sustancias químicas que nos dan vida. Si quieres crear una criatura, ya sea una perca dorada, un cogollo de lechuga ó incluso un ser humano, sólo necesitaras, cuatro elementos principales: Carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, a los que añadiremos algunos más como el azufre, fósforo, calcio e hierro. Dispón esos elementos unidos en tres docenas de combinaciones aproximádamente y podrás construir cualquier ser vivo.

Como dice Dawkins: «Las sustancias de las que están hechas las cosas vivas no tienen nada de especial; Las cosas vivas son colecciones de moléculas…, como todo lo demás»

Referencias: «A Sort History of  Nearly Everythings» (2003) Bill Bryson

Leyendo a Amit Goswami, «Evolución Creativa»

Tengo unos amigos socarrones y por mi cumpleaños, y conociendo mis inclinaciones, han tenido a bien regalarme el último «best seller» de Amit Goswami: «Evolución creativa».

Independientemente que ya el título me recuerde al «ni pa’ ti ni pa’ mí» muy en boga en estos tiempos de implicación, la justa ó de aquello de «para que nadie se dé por perjudicado, todos jodidos», nuestro autor nos aclara en el segundo título sus intenciones con una frase lapidaria: » La Física cuántica reconcilia el darwinismo y el diseño inteligente». Ante esta perspectiva.., mi impaciencia por comenzar la lectura no ha tenido límites y de inmediato me he puesto «gafas a la obra»

Sin tiempo para respirar hondo, una aseveración en sus primeras letras: El «crujido» de los cimientos de la biología evolutiva por las discontinuidades en los linajes fósiles», – afirmación que posteriormente apoya en los estudios de R. Saphiro y su demostración del número de sucesos azarosos, posibles, durante el periodo evolutivo biológico (2,5X10¬51 sucesos) y su imposibilidad estadística de cumplir las necesidades de la evolución- para a continuación «acomodar en esos huecos» el concepto de una «presencia cuántica» y su indeterminación que asocia, después de rechazar el materialismo científico y evocar un inteligencia animal metafísica, con un dios «creacionista».

Como todo no van a ser palos para el neodarwinismo, según ese criterio conciliador, vuelve su vista hacia el creacionismo y desestima la lectura literal bíblica, seis días y seis mil años desde la creación, aduciendo la falta de rigor científico del dogma de fe y la visión de un Dios «emperador en su trono».

LA BÚSQUEDA DEL TERMINO MEDIO

En este punto desarrolla, basándose en la discontinuidad del registro fósil y en los trabajos de Simpson, Grant y otros, la teoría de dos ritmos evolutivos: Lento y rápido, considerando las teorías darwinianas como explicativas de los ritmos «lentos» evolutivos y asimilando los estudios de Eldredge y S. J. Gould, los ritmos rápidos evolutivos, a una metáfora del Génesis.

Así pues, y según el autor, tenemos dos tipos, teóricos, en los ritmos rápidos evolutivos: La causalidad ascendente ó teoría materialista científica ó la correcta: La causalidad descendente, «creacionista», en manos de una conciencia cuántica, inteligente y cuya teoría desarrolla de las siguientes maneras:

1. Después de repasar las teorías sobre la integral de caminos de Feynman dándole una intención, y ahora lo entenderán, «que las posibilidades (cuánticas) colapsan en una realidad.. (lo que llama colapso discontinuo) auspiciadas por una conciencia» ¿Y quién ese ente cuántico inteligente.?. Respuesta: Los seres humanos. Los seres humanos recreamos en objetos esas posibilidades cuánticas y cuyas pautas vienen dictadas mediante una conciencia colectiva: Dios.

2. Las teorías darwinistas no dan un sentido a nuestra evolución en el futuro (¿Es que tienen que darlas..?) Nuestro autor nos indica que la evolución parte de organismos simples a organismos mas complejos (Yo entiendo que no necesariamente..) incorporando aquí los conceptos de línea del tiempo y entropía dando por sentado que las flechas del tiempo físicas y biológicas son diferentes (¡Cuando aprenderemos que la Tierra no es un sistema cerrado..!) y haciendo patente que las teorías evolutivas no dan una explicación a este hecho (obviando los estudios de Ilya Prigogine..) y aseverando que su «Teoría de la evolución creativa», sí y que por tanto, consecuentemente (¿?), justifican una razón final para la evolución.

A partir de aquí basa sus argumentaciones de la razón final de evolución, en sus teorías sobre la conciencia (concepto antes desarrollado..) y que la evolución consiste en nuevas creaciones auspiciadas por la conciencia colectiva mediante el dictamen: «La evolución es necesaria para experimentar las posibilidades de la conciencia (colectiva) en manifestación» (Quien lo entienda que me lo explique…)

No quisiera seguir descubriendo la trama de tan sesuda publicación, (continúa con energías vitales y chakcras relacionadas con esa energía creativa común..) y dejo al lector, quién goce de esa cualidad que yo no tengo, la satisfacción de profundizar en tan benemérita lectura.

Amit Goswami, doctor en Física Nuclear por la Universidad de Calcuta y profesor emérito de la Universidad de Oregón. Evolución Creativa (2008)

 

 

Las versiones sociales de Darwinismo

Un primo de Darwin, Francis Galton, fue el precursor de numerosas teorías psicológicas y sociales que forman parte de las implicaciones de la teoría de la evolución de las especies .

Francis Galton nacido en Sparkbrook, Birmingham, el 16 de febrero de 1822 y muerto en Londres, el 17 de enero de 1911, fue el padre de la psicología diferencial y de los primeros tratados sobre Eugenésia.

Eugenesia: (Del griego eugenh: de buena raza, bien nacido). Seudociencia sobre el mejoramiento de la raza humana. El primero en introducir el término fue el racista inglés Francis Galton (1869). La eugenesia parte de la idea de que la desigualdad psíquica y fisiológica de las personas condiciona la desigualdad social. Así, C. Darlington, en «Hechos de la vida» (1953) sostenía que las clases sociales se diferencian entre sí genética y no económicamente. Tergiversando la doctrina de Darwin, los eugenistas afirman que el progreso del hombre se ha interrumpido al desaparecer la selección natural. Abogan por el establecimiento de la selección artificial –limitación o prohibición de matrimonios para las personas psíquica y físicamente defectuosas, esterilización. No obstante, lo que para ellos sirve de criterio para determinar la «defectuosidad» del hombre es la situación social, el grado de bienestar material. La eugenesia está emparentada con elracismo y el malthusianismo. Ampliamente difundida en la Alemania fascista, lo está ahora en los Estados Unidos. Por lo común, se incluye en la categoría de «genéticamente defectuosos» a los enemigos políticos de la burguesía. (Diccionario de psicología soviético, 1965)

La definición anterior, al lector, puede resultarle fuertemente ideologizada, trasnochada y hasta ridícula en los tiempos que corren, pero estas teorías, las eugenésicas, fueron fuertemente criticadas por innumerables intelectuales durante los años posteriores a la depresión del 29 y inmediatamente anteriores a la II Guerra Mundial y que fueron propiciadas por un nacionalismo exacervado como consecuencia de la precariedad y la inestabilidad provocada por los años de penuria.

Libros como «Un mundo feliz» de Aldous Huxley y publicado en 1932 hace referencia en su introducción a comentarios tan de hoy en día como el tipo de sociedad que queremos plantearnos. Fuertemente impresionado por el nazismo eugenésico y un revolución industrial representada en su novela por las cadenas de fabricación en serie y la estratificación social que conllevaba, nos deja estas frases:

Pero volviendo al futuro… Si ahora tuviera que volver a escribir esta obra, ofrecería al Salvaje (Su protagonista) una tercera alternativa. Entre los cuernos de los utópico y primitivo de este dilema, yacería la posibilidad de la cordura,…En esta comunidad, la economía sería descentralista y al estilo de Henry George y la política Kropotkiniana y cooperativista. La ciencia y la tecnología serían empleadas… como si hubiesen sido creadas para el hombre y no ( como sucede en la actualidad) el hombre debiera adaptarse y esclavizarse a ella… Y la filosofía de la vida que prevaleciera sería una especie de altruismo utilitario, en el cual el principio de la máxima felicidad sería supeditado al principio de fín último.

Fin último que es el crecimiento y la evolución del ser humano.

Muchos son los acontecimientos actuales que no llegan a valorar si no estamos llegando a una especie de eugenesia de la humanidad llevados por la condición económica y por ende, social consecuencia de los mismos acontecimientos históricos que los vivídos por Huxley. El inconveniente es que hay dos cosas que se heredan: Las riquezas y la inteligencia, pero sólo una de ellas, que decía Francis Galton, es genética.